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viernes, 1 de mayo de 2015

Exigen la libertad inmediata de Mumia Abu Jamal por hallarse gravemente enfermo

Periodista afroamericano en el corredor de la muerte en Pensilvania

Libertad a Mumia

“Mumia Abu-Jamal recibió recientemente la visita de su esposa Wadiya, quien confirmó que su condición está cada vez peor. Se halla gravemente enfermo. Pedimos que llamen a las autoridades AHORA MISMO. Puede ser demasiado tarde pero hagan llamadas al recibir esta noticia. Hace dos días Mumia fue dado de alta de la enfermería, pero no puede estar en población general en su condición actual. No podría pedir ayuda. Es posible que pierda la consciencia. Es demasiado débil. Le hace falta atención médica y supervisión las 24 horas”. Solidaridad con el ex militante de Panteras Negras que lleva 32 años de cárcel. Tal es pedido de miles de voces solidarias que claman por la vida y la libertad del compañero.


Su condición: Tiene hinchazón de cuello, pecho y piernas. Su piel está cada vez peor con llagas abiertas. Ya no usa silla de ruedas, sólo puede dar pasos pequeños. Está muy débil. Estaba cabeceando durante la visita. No pudo comer. Fue necesario darle de comer con cuchara. Éstas son síntomas que podrían ser asociados con niveles altísimos de glucosa, shock diabético, coma diabético o insuficiencia renal.
El activista de la liberación negra lleva más de 32 años en prisión. Mumia Abu-Jamal fue detenido el 9 de diciembre de 1981 en Filadelfia, culpado del asesinato del policía blanco Daniel Faulkner “por los mismos policías que lo habían vigilado desde sus días con los Panteras Negras en los años sesenta”.

Fue condenado a muerte bajo las órdenes del juez Albert Sabo, miembro vitalicio de la Orden Fraternal de Policía. Es conocido el episodio donde Sabo dijo a un colega que le ayudaría a “freír al negro”. “Desde el año 2011, Mumia Abu-Jamal no está condenado a la muerte rápida por inyección letal, sino a la muerte lenta en prisión bajo una sentencia de cadena perpetua”.

En la fotografía Mumia está de pie, pero la mayor parte del tiempo está en una silla de ruedas, informaron sus familiares.


Favor de llamar a los siguientes números para exigir Mumia Abu-Jamal vea un doctor cuanto antes/ Exijan que las autoridades carcelarias llamen a su esposa Wadiya Jamal y a su abogado Bret Grote./ Exijan que tomen medidas inmediatamente y no permitan que Mumia caiga en coma diabético.*

1. *John Kerestes, *Superintendent SCI Mahanoy:001- 570-773-2158 ×8102| 001-570-783-2008 Fax | 301 Morea Road, Frackville PA 17932
2. *Tom Wolf, *PA Gvrnr: 001-*717-787-2500 *| governor@PA.gov | 508 Main Capitol Building, Harrisburg PA 17120
3. *John Wetzel,*PA DOC: 717-728-4109| 001-717-728-4178 Fax | ra-contactdoc@pa.gov | 1920 Technology Pkwy, Mechanicsburg PA 17050
4. Susan McNaughton, DOC Press secretary 001-*717-728-4025*. PA Doc

smcnaughton@pa.gov

Necesitamos de su ayuda. Difundan este correo por favor. Cada llamada importa. Cada acción importa. Hace falta estar en las calles. Avisen a tus amigos, tus vecinos. Actúen.
freemumia.com prisonradio.org bringmumiahome.com http://prisonradio.us10.list-manage1.com/track/click?u=247585f092e945ff55b9a1bb2&id=79ecb87721&e=f1de15ff82
Fuente: Centro Medios Libres México

martes, 27 de agosto de 2013

“Territorio robado será recuperado” (consigna qom); Andrea Benites-Dumont - agosto 2013 (*)



(*) Publicado en Contramarcha, septiembre 2013


Más allá de los estereotipos turísticos explotados, en Argentina siguen viviendo pueblos originarios en distintas regiones y que subsisten como pueden, y también en otros espacios sociales, villas miserias, o terrenos alejados de las ciudades. De  las casi 15 etnias que aún perduran en Argentina, para que no figuren en programas escolares sólo como referencias históricas, maestros y educadores, implementan espacios de visibilización y respeto, profundizando propuestas de acercamiento más allá de los ritos folclóricos, y se encuentran ahora con el desafío de la lucha y resistencia de los qom.

Los  Qom, son un pueblo nativo que ha vivido desde siempre en una amplia zona de la región del Gran Chaco, que abarca Argentina, Bolivia y Paraguay.  Históricamente los Qom estaban organizados en familias extensas y se movían en un vasto territorio donde explotaban los recursos naturales. La caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres han sido la base de su sustento, y que en cierta medida, lo sigue siendo en el presente.
La invasión de los conquistadores arrasó poblaciones completas, como en toda América Latina, y los que sobrevivieron a las matanzas, se enfrentaron a la campaña de someterlos en una suerte de braceros rurales de la madera y para la producción de azúcar. Desde entonces –inicios de 1900- fueron forzados a la sedentarización, a la desmembración, y, en los desplazamientos para subsistir se añadieron a otras etnias, y continúan en su andadura para seguir siendo.

En la actualidad persiste un arcaico conflicto territorial de los qom en la provincia de Formosa: a pesar de leyes y formales reconocimientos, la comunidad de La Primavera (Potae Napocna Navogoh)  - reclama solamente 1.356 hectáreas que les quedaron luego de usurpaciones y apropiaciones. Pues bien, esa mínima porción de territorio también le fue arrebatada. El gobierno de la provincia de Formosa –coincidente con el gobierno nacional- y en acuerdo con la Universidad de Formosa, “inventó” que en las tierras de los qom se establecería un Instituto de Investigación. Pero lo que debería haber tenido fines pedagógicos implica para los qom obstáculos e complicaciones constantes ya que el gobierno formoseño dispuso sitiar la zona impidiéndole a la comunidad el paso a la laguna y obstruyendo sus actividades de pesca, caza y recolección. “La creación de este instituto universitario desmontó un territorio que nosotros consideramos sagrado porque están los recursos naturales que le dan subsistencia al pueblo indígena”, manifiesta Félix Díaz de la comunidad La Primavera; además de imponerles y multiplicar laberintos burocráticos alejados de la cultura indígena, por lo que terminan siendo más impedimentos y trampas, que tienen como objetivo la exclusión de los qom, para saquearles unas tierras de una provincia que tiene ¡¡72.066 km2!!

Desde hace ya unos años, vienen recurriendo a distintas formas de reclamo, reviviendo acampes, concentraciones, marchas, cortes de rutas…   Las movilizaciones y denuncias que se desarrollaron en toda Argentina, llegaron a la Plaza de Mayo, donde acamparon con la pretensión que la presidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner, los recibiera. Cosa que no hizo, a pesar que se acumularan muertes y víctimas de la represión, y de sospechosos atropellamientos, incluyendo abuelas y bebés, palizas y ataques, y el brutal asesinato de una joven qom de 15 años. Los organismos de derechos humanos no pro-gubernamentales,  organizaciones de base, barriales, y estudiantiles entre otras, se solidarizaron decididamente con la lucha de los qom, y se conocieron entonces sus derechos y la denuncia del robo de sus tierras milenarias por el avance de la soja, de la minería y de los emprendimientos inmobiliarios.

En mayo de este año, el Consejo Plurinacional Indígena que se reunió en Formosa con el objeto de respaldar la lucha de los qom,  estableció como eje central el territorio y la avanzada del extractivismo (petróleo, minería, agro-negocios, forestales e inmobiliarios) sobre territorios campesinos e indígenas. Acueductos, carreteras, minas, planes inmobiliarios y un sinfín de megaproyectos que invaden los territorios indígenas del país, acompañados de estrategias de división, contrainsurgencia y represión abierta, se fueron exponiendo. Todos los delegados, 300, sin excepción, coincidieron en lo importante de unir sus resistencias para enfrentar el despojo.

 “Las situaciones trágicas en territorios indígenas se suceden sin que ningún nivel de gobierno le dé la magnitud que corresponde. Es más sencillo lograr mantener esa realidad oculta”, comienza el texto. Puntualiza que en los últimos meses fueron muerto Natalia Lila Coyipe (11 meses), Imer Flores (12 años) y Daniel Asijak (16 años), del Pueblo Qom de Formosa y Chaco. “Todos muertos violentamente. Menores de edad, como para ver que ya no hay contemplaciones de ningún tipo”, denuncia y afirma: “Vivimos una nueva recolonización del capitalismo global. Y trabajamos para sacarnos de encima un Estado que sigue siendo colonial, que dos siglos después nos sigue excluyendo”.

Mientras continúan los balances electorales en Argentina, donde todos los candidatos ganaron, y que tan similares suenan en todos los escenarios donde se desarrolla el circo electoral, para que continúen los representantes de los poderosos y las multinacionales, que se arrogan la representatividad del pueblo aún cuando sea en la Antártida (¡¿?!),  tal como lo manifestara la presidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner, y,  agregaba para su mayor gloria, que en Formosa, su partido, el Frente para la Victoria, había obtenido un 63% de votos,  sin la aclaración debida que ese porcentaje fue conseguido por los “criollos” que fueron establecidos en la provincia de Formosa con el otorgamiento de viviendas y subsidios personalizados, como fuera advertido por el pueblo qom. Anotar a modo de vuelo, que en la Comunidad La Primavera sólo hay 819 votantes!!

La Presidenta Fernández viuda de Kirchner, en el año 2010, manifestó sin que le temblara la voz, que apoyaría la actividad petrolera, agregando los realidades del cultivo sojero, de la mega-minería, de los acuerdos con Monsanto, etc., y en un irreverente tono de superioridad, aconsejaba a los indígenas a ser “inteligentes” para ver el progreso (sic). Resulta inmoral como mínimo, que la presidenta argentina, que no condenó nunca los asesinatos de los indígenas, se refiera justamente a un pueblo que encara una resistencia y una lucha contra políticas prepotentes, como si se tratara de intelectualmente inmaduros.

Hace pocos años que el pueblo qom ha recuperado su nombre, se había extendido la denominación de “toba” que significa “cara de tonto”. La restitución de su identidad y su nombre está unida a la recuperación de sus tierras y, fundamentalmente, a  su memoria colectiva.  “Nuestra realidad es un tema de derechos humanos. Sin embargo, la relación que propone el Estado con los pueblos indígenas es sólo desde un enfoque de pobreza. Nos visibilizan sólo como objeto de asistencia, cuando somos sujetos de derechos políticos y territoriales.”

El Estado argentino, implementa junto a los Estados provinciales, una política que revalida el genocidio contra los pueblos originarios del país omitiendo derechos ancestrales sobre las tierras que habitan, y favorecen a los grandes terratenientes y a los grupos económicos agroexportadores.  

Parece nomás, que la presidenta Fernández viuda de Kirchner, continúa en la  felonía de la conquista:  quitar la tierra para que no tenga suelo nuestro paso."

lunes, 7 de enero de 2013

No son los medios. Fue genocidio, por Andrea Benites-Dumont


La ESMA fue un centro clandestino de detención y exterminio durante toda la dictadura genocida. Por dicho centro pasaron cerca de 5000 prisioneros.

Durante los gobiernos constitucionales, los marinos se dedicaron a ocultar con reformas y eliminar toda prueba del horror transitado, amparados en las leyes de impunidad otorgadas por gobiernos democráticos.

Luego de los juicios a las Juntas y de las denuncias de los sobrevivientes, comenzaron a ubicarse y señalizarse dónde funcionaron los cientos de centros clandestinos de detención y exterminio que las fuerzas represivas extendieron a lo largo y a lo ancho de Argentina.
De la voz de los sobrevivientes, familiares y compañeros, comenzaron a corporizarse las ausencias dolorosas, y las cifras de las desapariciones recobraron sus nombres,  se iniciaron entonces ritos de recuperación de recuerdos y de construcción de memoria.  

Fue así  perfilándose entonces la importancia de los memoriales donde hubo antes campos de horror,  y también se crearon otros espacios simbólicos y evocativos.
A partir del año 2000 se produce el surgimiento de una amplísima actividad conmemorativa: la preservación de los CCD y E fueron demostración inequívoca de la lucha de organismos de derechos humanos para que dichos sitios sean parte del conjunto de la memoria histórica. Se han dado diversos debates que planearon tanto en la existencia y significado de los asentamientos históricos concretos, en la pedagogía sobre la memoria histórica como centros explicativos únicos, y, se presupone, que en todas las propuestas, estaba inamovible la obligación principal de preservar la dignidad de las víctimas. Se impone así la necesidad de lograr conjugar la conmemoración y la educación como elementos indisolublemente relacionados. La conmemoración debe servir para mantener vivo el recuerdo, la memoria de los que desaparecieron. Pero si no se consigue interpelar a la sociedad sobre los hechos y las circunstancias históricas, si se diluye el pasado con elementos ajenos y tergiversadores, la conmemoración y el recuerdo no sirven de nada. 

Para trasladar la cartografía completa del genocidio es indispensable personalizar  tanto a las víctimas como a los represores, para entender así lo que los centros de concentración significaron en el plan genocida establecido. El genocidio en Argentina fue el resultado de un plan de dominación y de un proyecto económico y político por parte de los sectores dominantes, militares y sus cómplices civiles, y no una aventura golpista ni tan siquiera un generalizado episodio de crueldad, lo habido en Argentina desde marzo de 1976, con connatos previos, fue un genocidio, es decir la eliminación de grupos opuestos y contrarios a los planes de dictatoriales. Este debate que aún se resiste en algunos ámbitos, la figura penal de genocidio, viene siendo aceptado desde diferentes disciplinas –jurídica, sociológica, histórica, etc.- como producto de una fuerte e incansable lucha de los empecinados hacedores de memoria. 

La mera exposición de los CCD y E  son testimonios abrumadores del horror, y dan asimismo una información sobre los aspectos determinantes de lo allí acaecido; los campos de concentración abarcan diversos aspectos como espacios de referencia histórica: incitan al entendimiento sobre los crímenes, el lugar en sí evidencia cómo sucedieron los crímenes, y finalmente el contacto directo ayuda a desarrollar una relación personal con esos acontecimientos del pasado. La empatía con las víctimas se produce en lo profundo. No hay maquillaje posible.

El sostén más importante, sin duda alguna, es la memoria y testimonio de los sobrevivientes, que no se limita  sólo a la cotidianidad del horror, sino que identifican a los causantes del mismo. Personalizar a las víctimas y a los represores,  es asentar la índole humana no lejana al conjunto de la sociedad, y para que quienes entonces se acercan a los memoriales no sean meros espectadores asombrados o excéntricas visitas turísticas. 

En la construcción de la memoria colectiva se han desarrollado desde la última década en Argentina, juicios, centros, institutos, seminarios, publicaciones específicas en las que surgen nuevas investigaciones y materiales y que abarcan variedad de temáticas: el trabajo esclavo, los delitos sexuales, la búsqueda por los menores apropiados, el rol empresarial, la complicidad, la naturalización de la impunidad…

El genocidio se diferencia -entre otros aspectos- de otras formas de asesinato masivo, por el  papel del Estado como el perpetrador de los crímenes contra sus propios ciudadanos. El Estado se convirtió en el principal ejecutor de los crímenes. Y esto parece ser lo más costoso de ser asumido en Argentina, y, que sin embargo quienes se resisten a ello, no dudan en la calificación y comprensión de otros genocidios cometidos en otros países 

Auschwitz, es quizás el mayor símbolo del genocidio perpetrado por el nazismo. También en Argentina existen símbolos del genocidio, la ESMA es uno de ellos. 

Es impensable hablar de un ex Auschwitz. La memoria histórica lo rechaza radicalmente. Los millones de seres humanos allí exterminados nos lo impiden desde las capas más periféricas de la conciencia humana, como también el rechazo que produce el eliminar la significación del mismo. 

En Argentina hubo un genocidio, no puede hacerse una re-significación del genocidio, no hay lugar ni científico ni emocional para ello. Pueden inventarse otras caracterizaciones o apreciaciones, pero el genocidio en sí no tiene matices ni representaciones extrañas. 

Se ha realizado un asado en la ESMA, y puede afirmarse que es una más de las muchas actividades dentro de una representación de la memoria que se ejerce a diario en un predio donde el horror fue el determinante de su trascendencia. Sin embargo se ha señalado con dolor, rabia y tristeza, el significado de los “asados” en la ESMA. Las acciones anteceden a la comprensión, y ésta no es un requerimiento para la ejecución de la acción, pero sí el entendimiento, la comprensión de la misma, permite gestar y gestionar pensamiento, analizar el alcance de las acciones, sus repercusiones, desarrollar un enfoque crítico sobre la responsabilidad ante cada acción, como la que les corresponde a los grandes medios de comunicación que hoy se espantan de lo que ayer aplaudían.

Afirmar que la ESMA ya no es la ESMA es la consecuencia fatídica de la banalización de la política y del pasado inmediato, pero es también la apropiación de los derechos humanos en clave partidaria, es denostar todo pensamiento y sentimiento crítico; y banalizar el lenguaje arrancándole su contenido ideológico lleva a que los centros clandestinos de detención y exterminio sean meros salones de espectáculos con adornos retóricos, despojan el sentido de testimonio material de los centros clandestinos de detención y exterminio: sustraen el genocidio perpetrado, y entonces se alcanzará el objetivo de la negación del genocidio.

Por todo ello, y por todos ellos, los que nos completan: la memoria, como mínimo, es un arma de justicia.

Andrea Benites-Dumont
(AEDD)

Sucriben esta nota :
Agustín Moreno (Profesor); Carlos Taibo (Catedrático); Manuel Fernández (Solidaridad Obrera); José Manuel Martin Medem (periodista); José Luis Carretero (Profesor); Fernando Rocha (Casapueblos); Ernesto L. Cháneton (abogado);  Raúl Pascual (Casapueblos); Rubén Kotler (historiador)

lunes, 9 de julio de 2012

Hubo condenas... pero ¿hubo justicia?, por Andrea Benites-Dumont


Cincuenta años de condena provoca un impacto indudable; da para alegrías, para comparaciones, da lugar a la referencia especialmente en países que se niega como España –todavía- la posibilidad tan siquiera de investigar… cincuenta años para el genocida Videla y los restantes acusados con condenas menores, aún cuando todos y cada uno de ellos fueron partícipes y ejecutores directos en diversos niveles en la apropiación de menores, la mayoría de ellos nacidos en centros clandestinos de detención durante el cautiverio de sus madres, y en el asesinato posterior de ellas.

La impunidad impuesta  y sustentada por los gobiernos post dictatoriales, ha permitido que se perpetraran y acumularan más delitos contra esos entonces bebés y que hoy rondan la treintena, además de la anulación y sustitución de identidad, en muchos casos, hay que incorporar el maltrato y el abuso… un cúmulo de perversiones para “evitar que se criaran en un ambiente hostil al régimen impuesto”  (Reglamento de las FFAA 1976)

Dada la importancia y trascendencia de este juicio, y de la que debería abarcar, es obligado señalar dos cuestiones impostergables, la primera de ellas, la calificación de los delitos y las penas, que hace al momento judicial transitado, y la segunda, la posibilidad concreta de justicia.

Los apropiadores y ejecutores del plan sistemático en un juicio de casi un año y medio, han merecido condenas desde un abanico de 50 años a absoluciones.
Este insólito escalafón condenatorio evidencia una vez más, la fragmentación inusitada de los juicios, y la negación por parte de elementos conservadores –y no tanto- del poder judicial y en el ámbito político, que lo instaurado en Argentina por los militares y sus cómplices civiles, fue un genocidio.
El delito más tremendo e innombrable, que comenten los Estados terroristas y que aún cuando se repita una y otra vez, queda sin embargo, "desaparecido” para la mayoría de los tribunales y también de las querellas. El aberrante delito de genocidio abarca:
- matanza de miembros del grupo;
- lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
- sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear la destrucción física, total o parcial;
- medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;
- traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Todo ello con la intencionalidad, con la sistematización de la ejecución, y se habla de un grupo nacional, étnico, racial o religioso...

Todos y cada uno de los elementos definitorios señalados los encontramos en los juicios que se parcializan, que se reducen a un número mínimo de casos, causas fragmentadas que generan, por un lado la dilación temporal, dónde van muriendo represores, pero también las víctimas, y dan como resultado entonces que injustamente habrá casos que nunca serán mencionados ni siquiera en esta parcialidad, estarán tan desaparecidos como hasta ahora. Sin olvidar la revictimización de los testigos que tienen que declarar una y otra vez ante diferentes o los mismos represores y asesinos.
La declaración sobre que las conductas investigadas y enjuiciadas, fueron genocidas, violatorias de la Convención sobre Prevención y Sanción del Delito de Genocidio concurren ya en varias sentencias que han contemplado la aplicación de la Convención, ya que está previsto desde 1956 en la legislación argentina, fecha de vigencia en la República Argentina del tratado contra el Genocidio. Esto en cuanto a la acción, tipicidad y la culpabilidad de este delito, por lo que resulta coherente solicitar la calificación de genocidio. Respecto a la punibilidad del mismo, la sumatoria de condenas establecidas por los crímenes de eliminación de personas (con devolución de cuerpos o robo de cuerpos), secuestro, tormentos y torturas, violación, robo de menores... Tan contundentes la pruebas como contundentes deben ser las condenas, prisión perpetua en cárcel común, continuando en la jurisprudencia asentada en los emblemáticos juicios contra Miguel Etchekolatz y Von Wernich.  
Hay pruebas tan concluyentes del genocidio y que el desvío de la tipificación a homicidio y/o desaparición forzada de personas, origina situaciones tales como que el mismo día que se condenaba Videla a 50 años, se castigaba también a un individuo a 45 años de reclusión por homicidio en ocasión de robo. Bignone fue condenado a 18 años hasta llegar a dos absoluciones y otras condenas, ciertamente, nada ejemplares. Habrá que recordar siempre que como General en Jefe, Videla en su defensa, sostuvo que los niños fueron robados "unos con la mejor voluntad para darle un buen hogar a los hijos de terroristas, otros para venderlos".
En este proceso judicial, se ha dictaminado las prácticas sistemáticas, y no el plan sistemático elaborado y aplicado para alcanzar la cifra de 500. Queda, asimismo,  irresuelta la colaboración de la jerarquía católica, tan afín a los planes exterminadores, la complicidad de jueces, fiscales, médicos y todos los que participaron para la implementación de este plan sistemático.
Cincuenta años provoca un impacto indudable, pero un desgarro indudable produce el hecho que se considera a una apropiadora como una víctima, o que se hayan excluido casos con sobrados elementos de prueba.
De los 35 casos que se consideraron en este juicio, 28 personas recuperaron su identidad. De los casi 500 casos de menores apropiados, a 105 se les ha podido restituir la identidad. Faltan 400…  
Y este número de personas que andan por ahí no siendo quiénes son, es el segundo punto que surge como consecuencia de la conclusión del juicio por el robo de menores. Y los 400 que faltan ¿dónde y cómo van a dilucidarse? En 1976 se inició la pesadilla del terror, en 1983 comenzó un proceso democrático, en 1987 se establecieron las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, en 1991, se otorgó el indulto a los jerarcas genocidas, en 1996 se inician los juicios en España, en 2003 se anulan las leyes exculpatorias, desde el 18 de septiembre de 2006 Jorge Julio López continúa desaparecido, en marzo de 2010 fue asesinada en sospechas circunstancias, Silvia Suppo...
Ya es el tiempo de deconstruir la impunidad, es tiempo que decrezca la magnitud del horror y la naturalidad de su absorción social explicitada en aplausos y festejos. Para la alegría colectiva es imprescindible la memoria colectiva, y en ese fallo judicial, no estaban los 400, no estaban.
La simbología de un cuadro descolgado no consuela por Ana María Lanzillotto, por Liliana Delfino, ni por todas las muchachas parturientas que no entraron en el fallo de la "historia"; no consuela porque no repara el dolor de Juliana García ni de Victoria Ruiz Dameri, ni de Virginia Ogando, ni por Fernando ni María Eugenia Amestoy.... no repara, no repara.
Deconstruir la impunidad es ya sin dilación alguna, la apertura de los archivos de la dictadura, que son el códice maldito de la verdad del paradero de los 400 y de los 30.000 que nos faltan: Este es el segundo punto irrenunciable.
Delito de genocidio, condenas de prisión perpetua para los ejecutores y cómplices y, apertura de los archivos de la dictadura.
Los símbolos son la representación perceptible de ideas.
Ya es tiempo de la presentación palpable de la verdad y de la justicia.
Andrea Benites-Dumont   - 9/07/2012 (AEDD, Casapueblos)

domingo, 1 de julio de 2012

Por la autogestión y la desmercantilización; por Carlos Taibo


Dentro del movimiento del 15 de mayo --y dentro de otras muchas iniciativas-- hay, si así se quiere, dos grandes posiciones. La primera entiende que el cometido principal del movimiento estriba en elaborar propuestas que se espera sean escuchadas, en un grado u otro, por nuestros gobernantes. La segunda, muy  diferente de la anterior, aspira, antes bien, a crear espacios de autonomía en los cuales procedamos a aplicar reglas del juego diferentes de las que nos impone el sistema que padecemos. Y a hacerlo, por añadidura, sin aguardar nada de esos gobernantes que acabo de mencionar.
   
Mi impresión es que la segunda de las posiciones ha ido ganando terreno en el 15-M. No se olvide al respecto que el panorama general en lo que hace a ganancias de la mano de la primera de las perspectivas enunciadas es manifiestamente  desalentador. Claro que no sólo se trata de eso: hora es ésta de recordar que en una de sus matrices principales el movimiento del 15 de mayo nació, un año atrás, al amparo de un propósito expreso de cuestionar un sistema seudodemocrático en el que al cabo, y de siempre, son los grandes poderes económicos los que dictan las reglas del juego. Sobre esa base estaba servida la conclusión de que, aun siendo comprensibles las demandas de reforma de ese sistema que formulaban muchos sectores del 15-M, la inercia del movimiento conducía muy a menudo a lo que cabía entender que era una apuesta por la construcción de un orden distinto y plenamente autónomo.  
 
No está de más que proponga dos ejemplos que permiten perfilar el escenario de la discusión. El primero remite a la muy extendida petición, que algunos asimilan sin más con el 15-M como si una y otra realidad se solapasen, de reforma de la ley electoral. Supongamos, que es mucho suponer, que los dos grandes partidos aceptan la reforma en cuestión y que ésta tiene un perfil saludable. ¿Qué cambios profundos cabe augurar que se derivarían de ello? La posibilidad de que PP y PSOE perdiesen una parte, sin duda menor, de los escaños de los que hoy disfrutan en el parlamento, ¿modificaría sustancialmente la realidad que palpamos en estas horas? ¿No es lamentablemente ingenuo suponer que una reforma de la ley electoral va a resolver alguno de nuestros problemas principales? 
 
El segundo ejemplo que me interesa rescatar es el de la propuesta de creación de una banca pública. No se trata ahora de discutir el buen o mal sentido de tal propuesta. Se trata de preguntarse, antes que nada, cuánto tiempo podemos aguardar para que se perfile esa fórmula de banca. Lo diré con un punto de ironía: ¿cuánto tiempo habrá de transcurrir para que Izquierda Unida cuente con 150 representantes en el Congreso de Diputados? ¿Podemos permitirnos esperar hasta entonces o, como me temo, los deberes son mucho más acuciantes e imperativos? Mal haríamos en olvidar que la gestación de una banca pública reclama inexorablemente del concurso de partidos, parlamentos y leyes, o, lo que es lo mismo, exige el beneplácito de fuerzas políticas y de grupos de presión que apuestan con descaro, apoyados en las mayorías, por otros horizontes. Y ojo que no cabe en modo alguno descartar que populares y socialistas acaben por perfilar una banca pública con cometidos bien diferentes de los que, cargados de respetables buenas intenciones, pretenden asignar a aquélla nuestros economistas socialdemócratas de bandera. 
   
Ante el panorama que acabo de mal retratar de la mano de los dos ejemplos propuestos, ¿no es mucho más hacedero y realista el proyecto que nos invita a construir desde abajo un mundo --unas relaciones económicas y sociales-- nuevo y desmercantilizado? No estoy hablando, por lo demás, de un proyecto etéreo. Las realidades correspondientes ya están ahí. Pienso en los grupos de consumo que han proliferado en tantos lugares, en las perspectivas que surgen de las cooperativas integrales, en las ecoaldeas e instancias similares, en los bancos sociales que rehúyen el lucro y el beneficio o, por cerrar aquí una lista que bien podría ser más larga, en el incipiente movimiento que plantea el horizonte de la autogestión por los trabajadores en el caso de muchas empresas amenazadas de cierre. En todas estas iniciativas lo que despunta es un esfuerzo encaminado por igual a rechazar la delegación del poder en otros y a alentar la práctica de  la socialización sin jerarquías, las más de las veces sobre la base de postulados antipatriarcales, antiproductivistas e internacionalistas. ¿No empiezan a acumularse los argumentos para sostener que el viejo proyecto libertario de la autogestión generalizada es, no sin paradoja, mucho más realista que aquel otro que, al amparo de la vulgata socialdemócrata de siempre, todo lo hace depender de partidos, leyes y parlamentos? 
   
A menudo me encuentro a personas que, con argumentos respetables, subrayan que las dos opciones a las que me refiero en este texto no son incompatibles. Lo aceptaré de buen grado: no tengo por qué concluir, en particular, que quien legítimamente pelea por reformar la ley electoral es hostil a la gestación de espacios de autonomía no mercantilizados (y viceversa). Creo, sin embargo, que lo suyo es subrayar que esas dos opciones no sólo remiten a objetivos y métodos diferentes: se materializan también en proyectos organizativos distintos. Mientras en el primer caso el movimiento en que se concretan no es sino un instrumento al servicio de un proceso que debe discurrir fuera de él, en el segundo --el de los espacios de autonomía-- ese movimiento se convierte, de la mano de la asamblea, de la democracia directa y de la autogestión, en objeto con vida propia que, cabal y autosuficiente, no precisa de representaciones externas. De cara al futuro, y por su dimensión de demostración de que es posible hacer las cosas de forma diferente, parece que esta última es una apuesta más inteligente.

sábado, 23 de junio de 2012

Golpe de Estado en Paraguay; por J.M. Martín Medem

El bipartidismo de la oligarquía ha dado un golpe de Estado en Paraguay para destituir al presidente Fernando Lugo mediante un falso juicio político en el Parlamento que controlan con mayoría absoluta el Partido Colorado y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).

Los colorados, que gobernaron durante sesenta años con la dictadura del general Alfredo Stroessner, encabezan la operación con el conocimiento de la embajada de Estados Unidos. La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) considera que se trata de “una ruptura del orden democrático” y los presidentes de Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador mantienen su apoyo a Fernando Lugo y no reconocerán al nuevo presidente golpista Federico Franco. Los conspiradores habían intentado previamente forzar la dimisión de Lugo (obispo antes de ser presidente) con la colaboración de la Conferencia Episcopal. Franco pertenece al PLRA que gobernaba en coalición con Lugo hasta que decidió incorporarse al golpe de Estado.

Fernando Lugo llegó a la presidencia en el 2008 con el voto popular, derrotando a la tradicional alianza de la oligarquía con el ejército, la jerarquía de la iglesia católica, los grandes medios de comunicación y los gobiernos de Estados Unidos.

El indecente juicio político para su destitución acusa al presidente Fernando Lugo de ser el responsable de una reciente matanza de campesinos en la ocupación de una hacienda del millonario Blas Riquelme, uno de los grandes beneficiados por el reparto de propiedades públicas durante la dictadura del general Alfredo Stroessner. El operativo tiene todas las características de las habituales intervenciones de la policía y de los ejércitos privados de los terratenientes contra los campesinos que reclaman fincas para trabajar. La debilidad del gobierno de Lugo, en minoría en el Parlamento, le impidió realizar la prometida reforma agraria pero sus inquisidores le acusar de ser cómplice de las invasiones de tierras y lo destituyen por “violar el derecho de propiedad al gobernar promoviendo el odio y la lucha de clases para imponer un régimen autoritario como los adherentes al socialismo del siglo XXI”.

lunes, 21 de mayo de 2012

Recortes, crecimiento, Syriza ; por Carlos Taibo



Como a menudo sucede, la lógica argumental del sistema nos obliga a elegir entre dos opciones que no pueden ser las nuestras. Si la primera --hablo del principal debate que se revela hoy en los países que tienen el euro como moneda-- señala que no queda más remedio que asumir  recortes dramáticos del gasto público, la segunda entiende que lo anterior es un error y que esos recortes deben limarse para permitir que las economías recuperen la senda del crecimiento. Mientras la señora Merkel abrazaría la primera posición, el recién elegido presidente francés, Hollande, postularía la segunda. Entrampados como estamos entre esas dos opciones, pareciera como si no hubiese ningún horizonte diferente.

        Está claro por qué hay que rechazar la primera de las perspectivas anotadas. Los recortes mencionados obedecen al evidente propósito de hacer que paguen justos por pecadores. Y es que en la esencia del juego de hoy lo que se asoma es una formidable estafa: quienes, a través de prácticas lamentables, han provocado un engordamiento espectacular de la deuda privada han recibido sumas ingentes de recursos públicos para sanear sus instituciones financieras. El efecto ha sido doble: mientras, por un lado, con el dinero de todos --y de la mano de un engrosamiento notable, de resultas, de la deuda pública-- se han saneado inmorales empresas privadas, por el otro estas últimas, gracias a los recursos recibidos, han impuesto reglas del juego de obligado cumplimiento, traducidas en retrocesos significativos en el gasto público en sanidad, educación y pensiones.    
  
        Acaso no es tan evidente, en cambio, por qué hay que poner mala cara ante la segunda opción que nos ocupa. Nadie negará que parte de una premisa fundamentada: la  política de recortes, sobre el papel encaminada a permitir que la crisis quede atrás, traba poderosamente cualquier recuperación económica y, como tal, prima con descaro los intereses privados y nos emplaza ante una recesión prolongada. No faltan, sin embargo, los problemas en esta segunda opción. Si así se quiere, son fundamentalmente tres. El primero es que la perspectiva que nos ocupa, aberrantemente cortoplacista, sólo parece interesarse por la crisis financiera y deja en el olvido las otras crisis que están en la trastienda. En ese sentido prefiere esquivar la conclusión de que el crecimiento económico no es esa panacea resolutora de todos los males que retrata el discurso oficial: poco o nada tiene que ver con la cohesión social, mantiene una nebulosa relación con la creación de empleo, propicia el despliegue de formidables agresiones medioambientales, facilita el agotamiento de recursos escasos, se asienta a menudo en el expolio de la riqueza humana y material de los países del Sur, y, en suma, apuntala un genuino modo de vida esclavo que nos invita a confundir sin más consumo y bienestar.     

        Hora es ésta de mencionar un segundo problema en la percepción que hace de la recuperación del crecimiento el objetivo fundamental. Da por supuesto que si el PIB vuelve a crecer se resolverán mágicamente la mayoría de los ingentes problemas sociales en los que estamos inmersos. Nos topamos aquí con una superstición más. Si la economía española era 100 en 2007, antes del estallido de la crisis financiera, hoy se emplaza en un 97. Con estas dos cifras en la mano, no parece que el deterioro sea tan notable como se nos sugiere. Lo que debiera preocuparnos no es el retroceso de tres puntos en la riqueza general, sino, antes bien, la distribución, cada vez más desigual, de esa riqueza. Y, sin embargo, esta dimensión queda en un segundo plano, absorbida por la intuición de que los problemas de los de abajo se diluirán en la nada si el crecimiento económico reaparece. Nada más lejos de la realidad. Hay que afirmar con rotundidad, antes bien, que en un escenario en el que en el Norte opulento hemos dejado muy atrás las posibilidades medioambientales y de recursos que la Tierra nos ofrece, podremos vivir mejor con 80 --no con 120, con 100 o con 97-- si somos capaces de reorganizar nuestras sociedades y de redistribuir la riqueza. Salir del capitalismo se impone al respecto, claro, como urgencia.   

        Dejemos constancia, en fin, del tercer problema que acosa a la propuesta que parece abrazar el nuevo presidente francés y, con él, el conjunto de la socialdemocracia, declarada o encubierta. Me refiero a la ilusión óptica de que podemos, sin más, regresar a la aparente bonanza anterior a 2007. Esta pretensión ignora palmariamente que lo que hoy arrastramos no es sino una consecuencia lineal de lo que teníamos entonces. Se nutre, por lo demás, de la conclusión de que el papel de la izquierda progresista debe estribar en obligar al capital a reconstruir la regulación que ha ido tirando por la borda en los últimos decenios. En tal sentido sigue sin concebir otro horizonte que el del capitalismo y defiende sin cautelas una institución, los Estados del bienestar, que, junto a sus innegables virtudes, se muestra inseparable de la lógica de fondo de aquél, se asienta de siempre en fraudulentos pactos sociales, reclama por necesidad la lógica seudodemocrática de la representación, ratifica una economía de cuidados que castiga indeleblemente a las mujeres, ninguna solidaridad preconiza en lo que se refiere a los países del Sur y, en fin, parece difícilmente sostenible en el terreno ecológico. Qué llamativo es que en el discurso de la izquierda progresista, obsesionada en estas horas con el crecimiento y desentendida de la distribución --véase, si no, la patética propuesta cotidiana de Alfredo Pérez Rubalcaba--, falten siempre las palabras autogestión y socialización, no se aprecie ningún guiño encaminado a la creación de espacios de autonomía con respecto a la lógica del capital y la contestación del orden de la propiedad existente brille, en suma, por su ausencia. En semejantes condiciones, la apuesta consiguiente apunta a resolver algunos problemas de corto plazo a costa de agudizar de forma preocupante todos los demás.   

        La afirmación de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, tan común en los últimos tiempos, tiene un significado diferente si antes se ha enunciado una crítica cabal de la miseria en la que estamos inmersos o si, por el contrario, semejante crítica no se ha abierto camino. Mientras en el primer caso remite a una realidad reconocible --es verdad que en el Norte opulento hemos vivido por encima de lo que el planeta y la equidad nos permiten--, en el segundo se traduce en una genuina estafa moral: quien ha vivido por encima de sus posibilidades es el señor Botín. La disputa correspondiente tiene algún eco en otra que se refiere a la idoneidad del término austeridad para describir nuestras opciones. Una cosa es que rechacemos --no puede ser de otra manera-- las políticas de austeridad que se nos imponen al servicio de los intereses del capital, y otra que no nos percatemos de la necesidad de asumir, quienes podamos, en nuestra vida cotidiana y en nuestras respuestas colectivas, fórmulas de sobriedad y de sencillez voluntarias. 

        Bueno sería que de todo lo anterior tomasen nota los amigos de Syriza en Grecia. No deseo ignorar en modo alguno que la coalición de izquierda radical griega ha hecho suyas propuestas programáticas muy sugerentes. Mucho me temo, sin embargo, que si, además de seguir blandiendo el fetiche del euro, Syriza asume de buen grado la perspectiva hollandiana de encaramiento de la crisis, la del crecimiento, la conclusión estará servida: bien podemos hallarnos ante el enésimo retoño de una miseria, la socialdemócrata, que se niega a abandonarnos. 

domingo, 6 de mayo de 2012

Que no se apague la luz: con el 15-M, por Carlos Taibo



Si en las filas del 15-M hay una figura personal que me molesta, ésa es la del cenizo: la de quien no ve sino problemas e insuficiencias en un movimiento que, a mi entender, es lo mejor, y lo más esperanzador, que hemos tenido en decenios.  Pese a todos los efectos que podamos atribuirle, sus virtudes despuntan con claridad: ha propiciado la forja de una nueva identidad contestataria, ha dado alas a muchas iniciativas afines, ha colocado en la agenda debates que el sistema había intentado arrinconar, ha conferido dignidad a la perspectiva de la asamblea y de la autogestión, y, por encima de todo, ha permitido que muchas gentes descubran que pueden hacer cosas que parecían no estar a su alcance. 

        A la plaga de los cenizos se ha sumado a menudo la de quienes han preferido hablar sin saber. Son los mismos que han identificado, sin margen para la duda, un declive irreversible en el movimiento del 15 de mayo. No creo equivocarme si afirmo que semejante visión es tributaria de las distorsiones que alimentan los medios de incomunicación del sistema. A los ojos de éstos el 15-M sólo interesa cuando de por medio se revela la convocatoria de alguna macromanifestación o cuando hay hechos violentos en la trastienda. 

Tengo la firme convicción, sin embargo, de que el futuro del movimiento se dirime, antes bien, de la mano del trabajo, casi siempre sórdido y poco vistoso, registrado en barrios y pueblos. Y en este terreno el 15-M permanece afortunadamente vivo, pero que muy vivo. He conocido con el paso de los años muchos movimientos que tienen una enorme capacidad de convocatoria y una nula disponibilidad para cambiar el mundo, como los he conocido que, incapaces de sacar a nadie a la calle, modificaban cada día, y para bien, las relaciones humanas. A título provisional estoy convencido, con todo, de que el 15-M no se ajusta convincentemente a ninguna de esas dos categorías: porque si, por un lado, arrastra una notabilísima capacidad de convocatoria --lo certificaremos una vez más en unos días--, por el otro está haciendo lo que puede, y más, para esparcir la semilla de la subversión entre nosotros. 
Nada de lo dicho implica que el movimiento del 15 de mayo no tenga sus problemas. Uno de ellos, de cariz general, nos recuerda que son muchas las gentes que simpatizan con el 15-M pero no están dispuestas a dar el paso de sumarse francamente a las iniciativas de aquél; algo tendremos que tramar al respecto. Tampoco está de más señalar que la presencia del movimiento en el mundo del trabajo y en la vida rural sigue siendo lamentablemente liviana. Por si poco fuera, ancianos, adolescentes e inmigrantes no parecen sentirse plenamente atraídos por el 15-M.
Aun con ello, anuncio mi firme convencimiento de que el movimiento dispone de personas y de mimbres más que suficientes para convertirse en plenitud en algo que ya es parcialmente: una instancia que en todos los órdenes de la vida promueve el horizonte de la asamblea y de la autogestión para hacer frente al capitalismo desde la perspectiva de la lucha antiproductivista, del combate antipatriarcal y de la solidaridad internacionalista. Para fortalecer ese proyecto, y para dar réplica a la ignominia que abrazan nuestros gobernantes, bueno será que nos hagamos presentes en calles y plazas el 12 de este mes. Y que el día siguiente no olvidemos que ahí están nuestras asambleas.           

miércoles, 18 de abril de 2012

Ghetto de Varsovia: nuestra memoria con los sitiados insurrectos

El ghetto de Varsovia fue establecido por las tropas nazis que ocuparon Polonia en octubre de 1940. Durante los 3 años de existencia se estima que de las 400.000 personas que lo habitaron, fueron reducidas por deportaciones a campos de exterminio, por asesinatos y fusilamientos, a 50.000. Pero en ese rincón de Varsovia, en ese territorio hostigado, acosado y atacado, tuvo lugar una de las primeras revueltas masivas contra la ocupación nazi: el levantamiento se inició el 19 de abril de 1943.

Polonia era una parte más de los distintos países y territorios donde se libraba el espanto de la guerra. El Partido Socialista Polaco protestaba enérgicamente contra los persecuciones, y resistentes polacos ayudaron a los sitiados, tanto entrando en el ghetto como proporcionando medicamentos y armas. Se conformó el Comité de Ayuda a los Judíos, en el que se coordinaban varias organizaciones, incluso el comité de justicia del gobierno civil clandestino polaco, emitió varios decretos y condenas a muerte a quienes delataran o entregaran judíos a las tropas nazis. La población polaca sufría asimismo de los peligros y la represión que ejercían el ejército ocupante. La eliminación de los colaboradores con los nazis, se hacía saber mediante octavillas y carteles, y, junto al nombre figuraban los motivos de la condena.

Los gobernadores alemanes en Polonia, trasladaron al barrio judío de Varsovia, judíos de otros distritos y poblaciones cercanas. Inicialmente el perímetro fue cercado con alambres de púas y posteriormente levantando un muro de 3 metros de altura y 18 kms. de largo…

El ghetto era parte de la cadena de terror y destrucción de la política nazi. Dentro de los muros del ghetto, de acuerdo a la documentación recuperada, a los testimonios de los sobrevivientes, y la difusión que se expandía fuera del mismo, desde los primeros pasos del aislamiento, se iniciaron también caminos de resistencia.

Bajo el lema vivir con dignidad y morir con dignidad, y con una ajustada organización social, se trató de dar cabida a las múltiples necesidades de sus habitantes. Así funcionaba una biblioteca central, consultorios médicos, un instituto clandestino, un círculo dramático, se organizaban recitales poéticos, conciertos; obras de teatro y exposiciones de arte.

La vida cultural incluía periódicos clandestinos, que eran editados en polaco, en hebreo y en yidish. Se realizaban asimismo, ceremonias religiosas, tanto en lugares abiertos como en las casas de los rabinos; llamativamente había una iglesia construida para los judíos convertidos al catolicismo; se distribuían noticias del frente, había un receptor de radio; a pesar de todos los obstáculos se celebraban fiestas obreras, los comités de inmuebles ubicaban a los que llegaban según las urgencias, pero también construían refugios y planificaban la compra de armas. Se construían pasadizos y subterráneos secretos, se colocaban minas, etc. Es de destacar la labor de archivo de la documentación de los que vivieron en el ghetto, encontrándose numerosos ensayos, trabajos escolares, colecciones de arte, recetas, entradas de teatro, periódicos clandestinos, cartas, diarios personales, etc. Esta documentación fue escondida en tres partes distintas de las que se recuperaron dos.

En todas y cada una de las actividades trataba de rescatarse la vida frente al hambre, a las enfermedades, a los ataques nazis…

En diciembre de 1942 se llegó a un acuerdo entre las diversas asociaciones. Así la resistencia judía clandestina se agrupó en dos organizaciones, por un lado, la Organización Judía de Combate, y por otro, el Comité Judío de lucha, un bloque antifascista, para preparar la respuesta por la vía armada.

La dificultad de conseguir armas generaba actos de heroísmo indescriptibles. Las batallas desproporcionadas cuerpo a cuerpo, con bombas de fabricación casera, la lucha de guerrilla, la resistencia en las cloacas…

Tres semanas de titánica lucha que acabó con la derrota de la resistencia, fueron incendiadas todas las casas y los nazis dinamitaron la sinagoga Tlomacki como signo del fin de la existencia del ghetto de Varsovia. Según los datos del jerarca nazi Stroop, informaba que tras el levantamiento 56.065 judíos fueron capturados durante los días de enfrentamiento y 631 búnkeres destruidos; entre 5.000 y 6.000 judíos murieron en combate, 7.000 fueron fusilados y otros 7.000 fueron deportados a campos de exterminio..

Estimaciones posteriores puntualizaron que también murieron 300 soldados alemanes.

Hasta aquí un relatoría memoriosa posibilitada por las voces que no sólo atravesaron el muro, atravesaron fundamentalmente el olvido y la manipulación.

Y llegados hasta aquí, la indignación por aquella barbarie nazi aún perdura porque con iguales tácticas de separación, aislamiento y cerco, se extiende un nuevo muro de la vergüenza que aísla Cisjordania y Gaza deparando a la población palestina, perjuicios inauditos. Han establecido el recurso perverso del apartheid contra los palestinos que son avasallados a vivir en un cárcel territorial impuesta por el sionismo negacionista de los derechos históricos de un pueblo, que con similares sufrimientos y esperanzas, encara un combate desigual, como antaño lo hicieran los resistentes de Varsovia.

El periódico del BUND (partido socialista judio antisionista) llevaba en su cabecera la consigna “Por nuestra libertad y por la vuestra”; y tenemos la absoluta convicción que en la misma contenía y contiene toda resistencia contra la injusticia y el oprobio.

Por todo lo anterior, también como miembros de IJAN, Red Internacional Judía Antisionista, queremos en estas líneas rendir un homenaje sin exclusión, a todos los inolvidables combatientes del ghetto de de Varsovia, y en especial a todos aquellos omitidos de la historia construida por sionismo.

Y porque esta historia no conoce aún un final digno en tanto y cuanto continúe el plan de exterminio del Estado de Israel sobre el pueblo palestino, cerramos provisionalmente estas líneas con Marek Edelman, (fallecido en esa ciudad en octubre 2009) adjunto de la insurrección y uno de los sobrevivientes del ghetto de Varsovia, quien declaraba “Es en Israel donde nuestro recuerdo corre peligro de perderse”.

IJAN-España

(Red Internacional Judía antisionista)

miércoles, 14 de marzo de 2012

El FMLN busca un buen candidato presidencial; por José Manuel Martín Medem

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el partido de lo que fue la guerrilla de El Salvador, ha perdido, en las elecciones legislativas y municipales, la mayoría que consiguió hace tres años en las presidenciales. Entonces sumó a su voto militante el apoyo a Mauricio Funes, un periodista con mucho prestigio. Pero el actual presidente no tiene el mismo programa que el FMLN y ha marginado a la izquierda del manejo de la economía y la seguridad, delegada en militares jubilados. Sin tener toda la responsabilidad del gobierno, el FMLN padece ahora las consecuencias del desgaste institucional.

Los salvadoreños viven agobiados por una inseguridad que acumula más muertes que durante la guerra civil. Es una herencia de la intervención de Estados Unidos en el conflicto: inyectó el narcotráfico en el país para financiar a la contra antisandinista y expulsó a las maras (pandillas) de los emigrantes salvadoreños de regreso a su país cuando se firmó el incumplido acuerdo de pacificación, desmilitarización y democratización. Las políticas sociales del FMLN no han podido impedir el voto de castigo por un malestar (inseguridad y desempleo) que no es responsabilidad de la izquierda. Aunque también se critica a la dirección del FMLN por su contaminación con el poder y desde la militancia le reclaman una auténtica renovación, más democracia interna y mejores relaciones con los movimientos sociales.

En las elecciones legislativas y municipales, es más lo que pierde el FMLN que lo que gana ARENA. La Alianza Republicana Nacionalista, el partido fundado por el mayor Roberto D'Aubuisson, comandante de los escuadrones de la muerte, sube de 32 a 33 diputados, mantiene la alcaldía de San Salvador y aumenta considerablemente su poder municipal en poblaciones que la izquierda consideraba suyas. El FMLN baja de 35 a 31 diputados y, aunque gobierna en casi tantos municipios como ARENA, retrocede en alcaldías donde creía contar con una mayoría segura.
La Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA), una disidencia de ARENA, con 11 diputados, es la tercera fuerza más votada. En la nueva Asamblea Nacional (con otros ocho diputados de tres pequeños grupos) serán necesarias negociaciones muy complicadas para conseguir mayorías decisivas.

El alcalde de San Salvador, Norman Quijano, puede ser el aspirante de ARENA para las presidenciales del 2014 aunque los disidentes de GANA proponen al ex/presidente Antonio Saca (expulsado de ARENA) como candidato de toda la derecha para derrotar al FMLN.
La izquierda no ha anunciado su candidatura: tiene que decidir si repite la experiencia de un no afiliado que aporte votos pero con el mismo riesgo de ver bloqueada la aplicación de su programa o si propone a un dirigente del FMLN después de reconsiderar y renovar su política.

martes, 28 de febrero de 2012

Los retos del movimiento del 15 de mayo, por Carlos Taibo

El futuro del movimiento del 15 de mayo depende de factores varios: si uno de ellos es la condición de las políticas de nuestros gobernantes, otro lo aportan circunstancias azarosas de muy difícil consideración. Pero, por encima de todo, el porvenir del movimiento depende de la capacidad de éste para hacer frente a un puñado de retos que se presentan en su horizonte inmediato. Identificaremos aquí diez de esos retos.

1. El movimiento debe combinar las grandes campañas -marchas, manifestaciones- con un trabajo local de carácter descentralizado. Las primeras contribuyen a fortalecer la imagen pública del 15-M, en tanto el segundo da sentido pleno a su presencia y amplía la base de apoyo. En la trastienda, l@s activistas del movimiento deben ser conscientes de que, aunque éste suscita una innegable simpatía entre la gente común, las más de las veces no provoca el acercamiento de esos simpatizantes declarados a asambleas y campañas.

2. Es urgente ratificar la deriva ideológica registrada desde la primavera y, al respecto, y en particular, hay que mantener la radicalidad sin exclusiones. En la mayoría de los lugares -claro que hay excepciones- el movimiento ha dejado atrás las propuestas de cariz meramente ciudadanista, que invitaban a contestar algún aspecto preciso del orden que padecemos, para adentrarse en otra de naturaleza orgullosamente anticapitalista, en franca y global contestación de la miseria que se nos ofrece. Cada vez se hace más necesario ir más allá de la crítica de los síntomas externos de la enfermedad -la corrupción, la precariedad- para apuntar al núcleo de los problemas: el capitalismo como un todo.

3. No pueden faltar los esfuerzos para conciliar las dos grandes posiciones que se hacen valer dentro del movimiento: si la primera aspira a formular propuestas que se espera sean atendidas por nuestros gobernantes, la segunda desea crear espacios de autonomía en los cuales, sin depender de nadie, procedamos a aplicar reglas del juego diferentes. Aunque esas dos posiciones arrastran raíces y métodos diferentes, tienen un largo camino común que recorrer.
Importa mucho, de cualquier manera, que el 15-M no se vea absorbido por el dramático cortoplacismo que hoy en día lo marca casi todo. En sus iniciativas deben estar presentes, siempre, la lucha antipatriarcal, la contestación del productivismo y la solidaridad internacionalista. Lo anterior implica trascender la mera defensa de una instancia, el Estado del bienestar, que política, económica y ecológicamente es inseparable del orden capitalista y a menudo da la espalda a los derechos de los pueblos del Sur.

4. Hay que trabajar denodadamente por el asentamiento del movimiento en los lugares en los que hasta hoy no ha estado presente. En paralelo, hay que revisar lo hecho en aquellos otros en los que el 15-M no ha funcionado a plena satisfacción. Con respecto a estos últimos, y dejando de lado los problemas vinculados con los escenarios más singulares -a menudo marcados por unas u otras manifestaciones de la cuestión nacional-, sobran las razones para concluir que el 15-M no se ha movido con soltura en los espacios en los que con anterioridad había poderosas y activas redes sociales. En esos lugares no ha sido percibido como una genuina novedad, ha tenido que enfrentar a menudo incomprensiones y, en su caso, ha heredado viejas polémicas y confrontaciones.

5. Conviene ahondar en la presencia del 15-M en las universidades. No se olvide que éstas, como tales, no se movilizaron en la primavera, aunque al cabo sí lo hicieran el otoño pasado. El impulso que las universidades pueden otorgarle al 15-M, y la imperiosa necesidad de dar réplica al plan de Bolonia y a la llamada Estrategia 2015, se antoja muy importante.
Está pendiente de fraguarse, por otra parte, la incorporación de los adolescentes al movimiento. Aunque las protestas del profesorado de enseñanza secundaria algún efecto han tenido en este terreno, la presencia de adolescentes en el 15-M sigue siendo infelizmente escasa.

6. Salta a la vista que una carencia mayor del movimiento es su precaria penetración en el mundo del trabajo. No es difícil identificar la razón principal: la mayoría de los integrantes iniciales del 15-M eran jóvenes de clase media que, parados o precarios, se hallaban en incipiente proceso de desclasamiento. Aunque con posterioridad se han incorporado muchos trabajadores asalariados, en la mayoría abrumadora de los casos se trata de quincemayistas de fin de semana: no parece que hayan trasladado a sus centros de trabajo, en otras palabras, la contestación que nace del movimiento. Cabe situar dentro de la misma problemática, por cierto, la escasa incorporación de inmigrantes al 15-M.
El movimiento está obligado a perfilar, por lo demás, cuál está llamada a ser su estrategia en este terreno, con dos principales opciones: trabajar en solitario -algo que se antoja complicado- o hacerlo de la mano del sindicalismo alternativo y resistente.

7. Otra de las carencias visibles del 15-M es su escasa penetración en el mundo rural. Allí donde está presente lo es casi siempre a través de personas, comúnmente jóvenes, que han abandonado las ciudades y se han trasladado a vivir al campo. Esto aparte, resulta muy común que l@s activistas que viven en pueblos hayan renunciado a organizar el 15-M en éstos y se hayan sumado sin más a las asambleas de las capitales de provincia. Los problemas consiguientes son tanto más llamativos cuanto que la apuesta del movimiento por la vida local, la democracia directa y la autogestión tiene mucho que ver, por razones obvias, con el mundo rural.

8. Hay un riesgo que el 15-M no corre: el de su desaparición de resultas de la eventual aceptación de algunas de sus demandas por parte de nuestros gobernantes. Es evidente que estos últimos van a ratificar e incrementar, antes bien, las agresiones contra derechos y libertades, algo que en buena ley debe hacer que un movimiento como el del 15 de mayo sea aún más necesario que en el pasado. Claro es que en este escenario el 15-M debe hacer frente con talento e imaginación a los imprevistos. No olvidemos al respecto, y es un ejemplo entre otros, que en los primeros meses de historia del movimiento la represión sobre éste ejercida resultó ser paradójicamente beneficiosa.

9. El movimiento debe estar atento a un imaginable abrazo del oso articulado orgánicamente por el Partido Socialista, ahora en la oposición en la mayoría de los lugares. El PSOE podría propiciar una masiva incorporación de militantes al 15-M en la perspectiva de utilizar éste como un ariete contra el Partido Popular. L@s activistas del movimiento deben estar atent@s a contrarrestar el inevitable efecto de descafeinamiento ideológico que se derivaría de lo anterior y a evitar los consiguientes equívocos: no tendría sentido que en adelante nos opongamos a los recortes de la mano de quienes, desde el gobierno, alentaron esos mismos recortes hace unos pocos meses.

10. Al cabo el principal reto del movimiento del 15 de mayo es el que pasa por fundir dos realidades: la de los integrantes de las clases medias que se hallan en activo proceso de desclasamiento, por un lado, y la de los trabajadores asalariados que, paralizados por los sindicatos mayoritarios, aún no se han movilizado para hacer frente a las agresiones que padecen. Esa fusión debe materializarse en un amplísimo movimiento que en todos los órdenes de la vida plantee el horizonte de la asamblea y de la autogestión para hacer frente -para dejar atrás- al capitalismo que padecemos, y para hacerlo, como ya señalamos con anterioridad, desde la perspectiva de la lucha antipatriarcal, de la contestación del productivismo y de la solidaridad con los pueblos del Sur.