lunes, 27 de diciembre de 2010

El huracán Obama queda sólo en brisa; por Roberto Montoya


El presidente, como marca, ya no vende. El “yes, we can” se transformó rápidamente en un “no, we can´t”

Falta todavía casi un mes para que se cumpla el segundo aniversario de la llegada de Barack Obama al poder, pero el presidente estadounidense ya parece un fantasma que deambula desorientado por los pasillos de la Casa Blanca. El vuelo de Superman Obama fue muy corto, demasiado, o tal vez ni hubo vuelo alguno. Intentó despegar y hacer despegar a su país y mejorar el mundo pero no lo logró. La marca Obama ya no vende. El “yes, we can” se transformó rápidamente en un “no, we can´t”.

Tras la dura derrota electoral que el Partido Demócrata sufrió en noviembre, perdiendo su mayoría en la Cámara de Representantes y manteniéndola por escasísimo margen en el Senado, Obama parece haber terminado por tirar la toalla. Desoyendo a las corrientes de izquierda y centro de su partido, el presidente ha decidido poner, una vez más, su otra mejilla al Partido Republicano.
Uno de los últimos ejemplos de esa actitud dialogante se vio hace pocos días, cuando Obama cedió ante la presión republicana, aceptando un cambio vital en su reforma fiscal, una de sus más importantes promesas electorales. El presidente acordó prorrogar dos años más el recorte en los impuestos a aquellos que ganan más de 250.000 dólares al año, una medida aprobada por George W. Bush y que concluía este año. La reforma incluye una reducción de 120.000 millones de dólares en las cotizaciones a la Seguridad Social, lo que debilitará aún más a esta institución y que en un plazo no muy lejano puede suponer su privatización total.
Muchos demócratas entienden que esas, y muchas otras concesiones tributarias a los ricos, suponen millones de dólares de aumento en la deuda pública, millones que podrían dedicarse a la creación de empleo. Obama, que ha intentado vender la reforma como un éxito, mostrando sólo aquellos aspectos positivos que indudablemente también tiene, ha tenido una fuerte oposición interna dentro del Partido Demócrata.
Prueba de ello es que mientras 139 congresistas demócratas votaron a favor de la reforma y 112 en contra, en las filas republicanas fueron 138 los que votaron a favor, y sólo 36 en contra.
Otra de las promesas electorales estrella de Obama, la reforma sanitaria, sigue perdiendo fuelle. Si ya en el camino hacia su aprobación había sufrido tantos cambios que la descafeinaron e hicieron irreconocible de su idea original, en el plano legal sigue encontrando más y más obstáculos en su camino.

Un juez federal del estado de Virginia ha dejado sin efecto días atrás una parte clave de la reforma sanitaria, al considerarla inconstitucional. Según el juez Henry Hudson “el Gobierno no puede obligar a los ciudadanos a comprar seguros bajo la amenaza de ser sancionados”. Como suele suceder en Estados Unidos, este juez es copropietario de una empresa consultora de los republicanos, Campaign Solutions, de la cual es cliente Sarah Palin, ex candidata a la presidencia y actualmente líder del Tea Party, la corriente ultra del Partido Republicano.
Sarah Palin, al igual que otros sectores republicanos, entre los que se encuentra el propio Eric Cantor, nuevo líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, están promoviendo la llamada Enmienda de Revocación, que, de prosperar en las dos Cámaras, permitiría derogar cualquier ley federal, entre ellas la reforma sanitaria, siempre que cuente con el voto de dos terceras partes de los estados de la Unión.
Los republicanos, eufóricos por su reciente triunfo electoral, están dispuestos a redoblar su ofensiva en los dos años de mandato que le quedan a Obama, quien ha perdido totalmente la iniciativa.
Los golpes sufridos por Obama a sus ideas originales de reformas sanitaria y fiscal, se suman a los fracasos en numerosos otros flancos. El presidente no ha logrado hasta ahora apoyos para legalizar a los once millones de inmigrantes indocumentados que hay en Estados Unidos, otra de sus grandes promesas electorales.

El 11 de enero próximo, se cumplirán nueve años desde la llegada de los primeros prisioneros a Guantánamo y Obama ha fracasado hasta ahora en su propósito de cerrar ese ilegal centro de detención. Ya es un secreto a voces que el Gobierno prepara una ley que le permitiría mantener sin cargos y por tiempo indefinido, a 48 de los 174 prisioneros que aún permanecen allí.
El tema de los derechos humanos no ha conocido avances desde la llegada al poder de Obama. Todavía sigue la Patriot Act (Ley Patriota), que permite al Estado acciones de Gran Hermano sobre sus ciudadanos, sin necesidad de autorización judicial, mientras se considera delito la revelación por parte de organizaciones civiles como Wikileaks de miles y miles de documentos probatorios de los crímenes que sigue cometiendo el Ejército estadounidense en Irak o Afganistán, o de las conspiraciciones, chantaje y espionaje que desarrollan a diario las embajadas de Estados Unidos en todo el mundo.
Esos documentos demuestran que tanto las fuerzas armadas, como los servicios de Inteligencia y diplomáticos estadounidenses, siguen actuando bajo la Administración Obama como lo hacían con Bush. El gobierno busca ahora la forma de juzgar a la cabeza visible de Wikileaks, Julian Assange, bajo la Ley de Espionaje de 1917, creada por otro presidente demócrata, Woodrow Wilson, para castigar a cualquier ciudadano que se atreviera a criticar públicamente la entrada de Estados Unidos en la I Guerra Mundial.

En su discurso navideño Obama pudo apenas mostrar dos logros reales: que gracias al voto de 12 republicanos moderados el Senado votará a favor del nuevo acuerdo de desarme nuclear con Rusia (Start), y la abolición de la ley que prohibía a los militares reconocer su homosexualidad.
Obama ha ido perdiendo terreno y todo permite prever que esta tendencia se pronunciará aún más a partir de enero, cuando las dos cámaras reflejen la nueva relación de fuerzas parlamentaria y los republicanos la usen para boicotear toda iniciativa del Gobierno, con la vista puesta en las elecciones presidenciales de noviembre de 2012.
El huracán Obama ha perdido potencia y se ha quedado en una simple brisa.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Las verdades reveladas de Assange


Por Roberto Montoya,

Desde la clandestinidad el líder de Wikileaks amenaza con revelar secretos sobre los extraterrestres. Los auténticos hallazgos en la montaña de filtraciones.
Julian Assange, el rostro visible de Wikileaks, chateaba este fin de semana con los lectores del periódico británico The Guadian desde la clandestinidad, se supone que desde algún lugar del sur de Londres. Allí reconocía que había recibido amenazas de muerte, que hay una orden de búsqueda y captura de Interpol contra él, pero adelantaba que en el caso de ser detenido, automáticamente se activarán las claves para desencriptar archivos muy importantes que han sido enviados por Wikileaks a 100.000 ordenadores.

¿Es esta parte de la guerra del cyberespacio del siglo XXI anunciada?
¿Qué hay realmente de importante en los cables de los diplomáticos estadounidenses filtrados por Wikileaks? La documentación revelada hasta ahora y la que seguirán revelando los cinco medios elegidos por esa organización, es material clasificado “confidential”, o “secret” según los casos, pero nunca “top secret”. Todos los cables diplomáticos utilizaban desde el 11-S un sistema de internet del Ejército estadounidense llamado Siprnet (Secret Internet Protocol Router Network), que no tiene un nivel de encriptación tan sofisticado como el utilizado por la CIA, la NSA y otras agencias del espionaje norteamericano para las comunicaciones realmente ultrasecretas. A pesar de ello y a pesar de los miles de cables donde predominan comentarios sobre hechos tan conocidos como la corrupción del gobierno ruso o el afgano, las “fiestas salvajes” de Berlusconi, los miedos de los países árabes al poderío nuclear iraní y tantos otros, hay sí comunicaciones internas que están poniendo en apuros a algunos gobiernos.

Es el caso, por ejemplo, de España.
Tanto el anterior gobierno del derechista José María Aznar (1996-2004) como el actual del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quedan al descubierto de cómo fueron cómplices de Estados Unidos para intentar cerrar las causas judiciales abiertas a su pesar en España por las torturas en Guantánamo contra presos españoles; por los vuelos de aviones de la CIA transportando ilegalmente prisioneros que hacían escala en territorio español entre 2002 y 2007 y por la muerte del cámara de televisión José Couso en Bagdad en 2003 por un obús de tanque estadounidense, disparado adrede contra el hotel Palestine donde se albergaba buena parte de la prensa internacional, testigos muy molestos para Estados Unidos. “Los ministros españoles trabajan para que no prosperen las órdenes de detención”, o “El fiscal general del Estado está haciendo lo que puede para archivar el caso”, o “Moratinos (ex canciller de Rodríguez Zapatero) asegura que De la Vega (ex vicepresidenta socialista) se ha involucrado”, o “El Gobierno español no pone reparos a los vuelos de la CIA”, son algunas de las frases que aparecen en los numerosos mensajes enviados desde Madrid a Estados Unidos dando cuenta de los esfuerzos diplomáticos realizados para cerrar cuanto antes esas causas criminales.

“Estoy perdiendo la paciencia con la postura de España sobre Irak”, llega a decir en un cable el cubano-americano ex embajador de Estados Unidos, Eduardo Aguirre, a un alto asesor de Rodríguez Zapatero, demostrando el tono imperial utilizado por los diplomáticos estadounidenses con un gobierno extranjero al que le exigen constantemente explicaciones. La izquierda parlamentaria ha pedido explicaciones, al igual que la familia Couso, que estudia presentar una denuncia judicial contra fiscales y responsables políticos.

En Alemania, los cables revelados han tenido como primera consecuencia la destitución por parte de la dirección del Partido Liberal (FDP) de Helmut Metzner, asesor del presidente de ese partido y actual ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, al conocerse que Metzner había sido confidente de la embajada de Estados Unidos, a la que proporcionó información sensible sobre el gobierno.
Entre las otras perlas que aparecen en los papeles del Departamento de Estado revelados, aparece claro el compromiso secreto del presidente de Argelia, Abdelaziz Butlefika, de que en ningún caso irá a la guerra contra Marruecos aunque se agrave la situación del Sáhara; el acuerdo secreto del régimen yemení con Estados Unidos para que los militares estadounidenses puedan atacar a Al Qaeda en su territorio o los temores ante “la creciente islamización de Turquía”.

En América Latina, los cables muestran la preocupación de Estados Unidos porque las rivalidades internas en las Fuerzas Armadas y la corrupción generalizada en México incapacitan al gobierno para vencer a los narcos, o en el caso de Venezuela, siguen de cerca la estrecha relación con Cuba, al igual que siguen con lupa los pasos de Irán en América Latina, donde sospechan de que busca uranio.
Se supone que los documentos seguirán publicándose durante varias semanas más. Según dijo Assange en su chat en The Guardian, incluso “en partes todavía no publicadas de los documentos del Departamento de Estado, existen referencias a los ovnis”.

sábado, 27 de noviembre de 2010

¿PENSAMIENTO NACIONAL? ¿QUE ERA ESO?; por Luis Mattini


Entre las groseras distorsiones que estamos sufriendo sobre la década del sesenta-setenta está la que le atribuye a todo el activismo “pensamientos” “nacionales”, “populares”, “peronistas” y una copiosa ristra de ideas congeladas, hoy muy manoseadas por esa militancia que parece creer que la conquista de los derechos humanos fue el objetivo por la cual dieron la vida cientos de jóvenes y decenas de viejos. Recuerdo un circunstancial compañero de mesa que no tiene empacho en aditar a su apellido el título: “sobrino de”, porque su tio es un “famoso”, corrije el término “setentista” llamando a esa generación , la generación “peronista revolucionaria”, sin tener en cuenta que habíamos inventado esa rara palabra “setentista”, precisamente para cubrir un contenido ideológico , político, programático y sobre todo práctico, muy variado.

Pues bien señores, entre esos setentistas existió el PRT-ERP, que si bien no fue todo lo numeroso que hubiéramos deseado, fuimos varios miles y dimos mucho que hablar, y no por el deporte nacional de hacer uso insensato de las palabras, sino porque fue mucho lo que hicimos, Creo que de esto no caben dudas.


Pues bien señores, parece necesario recordarles, incluso a ex militantes del propio PRT-ERP, que olvidaron o ignoran que el PRT-ERP no fue para nada “pensamiento nacional”, ni fue tampoco “pensamiento popular”; mucho menos tenia una lectura ni católica, ni oligárquica, ni revisionista, ni populista, ni stalinista de la historia.

El PRT-ERP se definía así mismo como marxista-leninista, concepto que en aquel entonces, reemplazaba “nacional” por internacional y el policlasista “popular” por el clasismo obrero. Eso quería decir, en la práctica, que los sujetos éramos nosotros, los obreros industriales de “vanguardia”. En el Buró Político del PRT, debido a la tenacidad de Santucho, de ocho miembros , cuatro éramos obreros de la gran industria: ¿Exagero? Pues ahí van los nombres: Carlos Germán, Luis Mattini, Juan Ledesma, Antonio del Carmen Fernández. Los otros eran Santucho, Urteaga, Mena y Gorriarán. Que me diga alguien si conoció algo parecido en Argentina, tanto en el PC, como en los partidos trotskistas o en el propio peronismo. Y en América, bueno, puede ser Uruguay, quizás Chile y ahí paramos de contar. Va de suyo que no estoy haciendo una alharaca de esto, sólo recordar cómo eran las cosas. (porque, justicia ordena, por otra parte también cargamos con algunos “obreros” que te voglio dire!!!! Mejor perderlos que encontrarlos)

Es cierto también que el PRT propiciaba una revolución llevada a cabo por una alianza de carácter ”obrero y popular”. O sea, (y perdonen la ironía, pero es la verdad) nosotros no éramos “populares”, populares serían nuestros aliados. Porque para el PRT “popular” era una categoría sociológica inferior a la de clase. Algo parecido a cuando hoy se habla de “progresismo” en lugar de revolucionario. Además del origen trostkysta, nuestra tendencia, liderada por Mario Roberto Santucho, adoptó el guevarismo como guía táctica y contenido ético, superador de la pesadilla stalinista, (sin que ello implique el haber estado vacunados contra el stalinismo) .

Claro, a los actuales neo-populistas, sean de origen peronista como stalinistas, los entiendo, los comprendo, no puedo evitar mi conmiseración. La idea de “popular” les da cabida, les posibilita el derecho a ser “vanguardia” y no “pequeños burgueses”, epíteto descalificativo que debieron sufrir en los partidos leninistas de aquellos tiempos. ¡Pobres!!!! Hay que reconocer que el marxismo leninismo fue realmente aristocratizante, sólo los obreros— y dentro de estos los industriales— podían ser “vanguardia”. Hay que decir que el propio Santucho no escapaba a este dogma. A mi me divierte eso, pues es la queja del Colorado Vicente en el libro de la hija del Roby, en el que relata que Santucho lo retó por no haber incorporado a Mattini al Comité Central, cuando él, Santucho, estaba preso.

Por supuesto, el PRT-ERP, nunca creyó que la revolución la podría hacer solo con la vanguardia de la clase obrera y por eso tuvo profundos acuerdos tácticos con las organizaciones de origen peronista y también con Montoneros. (O sea los “populares”) Pero a no confundir señores: acuerdos tácticos y respetando sus creencias. Pero no compartíamos mucho más allá que la perspectiva de tomar el poder y lanzarnos a una Argentina socialista, como proyecto todavía a crear. Eso no era poca cosa, pero no significaba que compartiéramos las visiones filosóficas, éticas, históricas y de clase con esos sectores. Claro que hay que reconocer que lo que si nos enseña esta porfiada historia, es que dentro del PRT eran también frecuentes los “populares”, se los vio apenas asomó Cámpora en el 73 y sólo la energía y el prestigio de Santucho pudo controlar la situación, expulsando sin remilgos. De lo contrario nos hubiéramos diluido en un grupo más de populistas. Sin embargo, a la vista de los coqueteos con el actual gobierno, compruebo que eran más de los que yo pensaba.


Debemos ser claros. Nosotros, los que seguimos a Santucho, no éramos cristianos, no creíamos en la “burguesía nacional”, ni nos seducían los ensayistas “nacionales y populares” hoy tan de moda, que en aquellos tiempos sólo sabían hablar de “cipayos” y le exigían a Cortazar ¿oyó bien? Si, a Julio Cortazar, que regresara a la Argentina a fin de poder “escribir para el pueblo”. Tampoco se no ocurría “comparar” al Che con Evita, simplemente porque son tan diferentes que son incomparables.


Nuestro enemigo era oligarquía terrateniente y a la gran burguesía agraria e industrial, a la que no considerábamos “cipaya”, sino socia del imperialismo. A la hoy llamada “clase media” la considerábamos una aliada objetiva, pero le teníamos tal desconfianza que tratábamos de no reclutar gente de ese sector social; estábamos convencidos de que sólo la clase obrera debía ser la conductora de un de un proceso que era, nacional por su forma e internacional por su contenido, llevando de aliados a la pequeña burguesía rural y urbana, (o sea los campesinos medios y pobres) a la intelectualidad combativa y a los “pobres de la ciudad”, como llamábamos a los que otros decían villeros.


Repito por si no queda claro: nacional sólo por su forma, por lo tanto no éramos nacionalistas, éramos internacionalistas, o sea propiciábamos un mundo sin fronteras ni banderas. Sabíamos poco de lenguas, pero si lo suficiente como para saber que en las lenguas germánicas el adjetivo va delante del sustantivo, por lo tanto “nacional socialismo” quiere decir en alemán exactamente “socialismo nacional”, sin que por ello todo socialismo nacional fuese siempre fascista ya que los modelos de formas nacionales de socialismo eran numerosos. .

Pero, por sobre todas las cosas, al menos en los hechos, y quizás sin saberlo, fuimos profundamente inmanentes, es decir, creíamos que la historia la hacen los sujetos humanos por propia decisión, aquí y ahora y no siguiendo un trascendente plan predeterminado desde afuera, sea dado por Dios, por la Providencia o por abstractos mandatos. Ese contenido es quizas el más ausente hoy en día. Asimismo no aceptábamos los subjuntivos, los “hubiera”. No creíamos que si el latifundista ganadero Juan Manuel de Rosas “hubiera” ganado la batalla de Caseros, los ingleses “habrían” perdido influencia en la historia nacional. Por algo Rosas murió exiliado en Inglaterra. (Ah, que cosa rara ¿No? Su tumba estaba muy cercana a la de Carlos Marx, pero así son lo ingleses de exotéricos)

En el PRT-ERP estudiábamos mucho la historia, porque la historia es la más pedagoga de las disciplinas. De la historia verdaderamente se aprende. Pero nosotros éramos marxistas empeñados de cuerpo y alma en una revolución proletaria, de modo que, fiel a ese empeño, es natural que buscáramos escapar de la influencia de la ideología burguesa. Y, por supuesto, el peronismo, como el radicalismo, era una ideología burguesa. ¿O tiene Ud dudas? ¿Tiene Ud dudas que Pacho O’Donnell es tan burgués como Romero? La diferencia a favor de Romero es que por un lado él no lo niega y por otro es un intelectual, políticamente estable y previsible, un profesional de la ciencia sumamente estudioso, no un Escriba. y, por lo tanto de su obra es más factible sacar nuestras propias conclusiones .


Claro, no podíamos evitar que las ciencias estuvieran en manos de la burguesía en corrientes de diversos matices e intereses. —Dicho de paso como lo están hoy en día incluso en las supuestas Universidades “populares”, como la de Madres de Plaza de Mayo, o también la socialista como la Cubana, ya que repiten los modelos académicos y las prácticas sociales de las Universidades surgidas de la Modernidad burguesa oficiales en donde el uso del título profesional ha reemplazado al título de nobleza— Por lo tanto en el PRT tratábamos de seguir a los historiadores más profesionales, sabiendo que nadie esta desideologizado y que la realidad es siempre muy compleja. Y si bien teníamos claro lo enseñado por Marx, que los hombres suelen responder a intereses de clase, también la propia historia enseña que hubo numerosos hombres que se emanciparon de los intereses de clase para actuar en favor de los intereses, digamos, humanos. ¿O cree Ud que el Che Guevara respondía a intereses de clase? A esos desinteresados los vamos a encontrar en la Universidad de Berlin, en La Sorbona, en La Habana, en la UBA y puede ser que en algunos casos en Madres de Plaza de Mayo

¿Como dilucidar cuándo respondían o no a intereses de determinadas clases? No era fácil, pero un buen consejo es seguir la conducta del sujeto, no las palabras: Hay que empezar a distinguir a los profesionales de una ciencia, conservadores, liberales, católicos, o comunistas, de los simples Escribas. Los primeros tienen obviamente ideología, de derecha a izquierda piensan con cabeza propia, porque para lograr efecto real en el conocimiento deben, al menos, controlar sus propios prejuicios ideológicos, tratar de evitar que los condicione, abrirse a las ideas y a las prácticas. Si no fuera así la burguesía no hubiera desarrollado las ciencias del modo como lo hizo. En cambio estos Escribas no tienen ideología, escriben a pedido. Cumplen órdenes. Puede ser a pedido del Poder Político, como también del Mercado.
Y es muy preocupante el reverdecer de Escribas en este momento en Argentina, que parece ser una consecuencia de la increíble mercantilización, a lo que se le suma la institucionalización de las organizaciones populares. Yo puedo asegurar que esto último ni siquiera es un invento argentino, es un invento sueco. Pregunte Ud sino, cómo resolvió la socialdemocracia sueca la influencia del Mayo Francés a fines de los sesenta. Sólo tenga en cuenta que la soja rinde más dividendos que la industria sueca.

Luego también es válido seguir la acción de los hombres en la historia Fijese: José de San Martín, que era un profesional de las armas, liberó América con genio y talento, creatividad, audacia política, y sobre todo desinterés, por eso, una vez cumplida su misión, se retiró al exilio sin intervenir en las posteriores disputas internas. En su monumento de Boulogne Sur Mer reza su mejor homenaje: dice: “General Argentino que renunció al poder” Que yo sepa el otro que renunció al poder fue también argentino: el Che Guevara.

En cambio, Simón Bolívar, que era un ganadero devenido general, también tuvo gran talento, audacia y creatividad para liberar América, pero acabada esa labor, siguió peleando y reprimió para desarmar las comunidades agrarias indígenas, en favor de los terratenientes ganaderos. Además se eternizó en el poder fundando una república que lleva su nombre, impuesto por los criollos, no por los aborígenes; Bolivia, dividiendo aquel Alto Perú, que fue, junto con México, una de las culturas autóctonas más desarrolladas. En consecuencia, los del PRT, podíamos considerarnos legítimamente sanmartinianos, como así también guevaristas, gente que no nos interesaba el poder personal, pero dificilmente podíamos considerarnos bolivarianos, el hombre que destruyó el autóctono y comunitario Alto Perú a favor de una “criolla” (léase hija de españoles) y sobre todo latifundista “gran Colombia”.

Claro, “sanmartiniano” suena muy cerca de los militares argentinos ya que ellos tienen una fundación con ese nombre. En cambio bolivariano parece “más nacional y popular”. Bueno, lo lamento, pero yo no voy dejar que los militares me roben. Todo porque en efecto, el General San Martín era un plebeyo nacido en Corrientes, probablemente hijo de una indígena, medio asceta, talentoso oficial de rigurosa formación, de genio indiscutido, sólo comparable con los grandes de la historia militar, en cambio el otro era un aristócrata estanciero, conocido por lo rumboso, ligado a la clase dominante de Venezuela, y a cierta realeza mundial, venido a general por las circunstancias.

Que los militares argentinos tomen la formalidad de ese aspecto supuestamente asceta del general San Martín, me tiene sin cuidado. Yo no valorizo a las personas ni por el ascetismo ni por la rumbosidad. Sólo me puede preocupar con qué recursos se paga la rumbosidad. Pero el mérito indiscutido de San Martín fue renunciar al poder después de haber liberado América


Por su parte, Belgrano, abogado, tuvo que asumir como general sin siquiera saber andar a caballo en un país de gauchos, lo hizo sin vacilar y con inesperada eficacia. Dedicó su vida a ello, muriendo en la pobreza. ¿Puede Ud decir qué intereses de clase representó? Por el mismo camino andaban Monteagudo, Castelli, el propio Moreno.


En cambio Rosas, de quien no necesito insistir que era un gran ganadero, organizó la primera “conquista del Desierto, para recuperar tierras para la ganadería, represión a los indígenas que sistemáticamente olvidan los nacionalistas, incluso los “populares”. Claro, no fue genocida como Roca, a los indígenas que se rendían les propiciaba lugar como vasallos en las estancias feudales que aun existen hoy en dia en determinadas provincias.

Y así llegamos al general que parece haber aprendido de los ingleses a ganar todas las guerras perdiendo todas las batallas: Bartolomé Mitre también fue un conspiscuo hombre de la oligarquía y defendió intereses oligárquicos, además de haber dirigido la Guerra del Paraguay, una acción bélica de exterminio, casi un genocidio, de los más infames de nuestra historia. Sin embargo, por otro lado y entre otras variadas cosas, Mitre incursionó por disciplina histórica. Digamos que como historiador no es un genio, pero no es mucho peor que otros. Negar la competencia de Mitre como historiador porque era un representante de la oligarquía, es como negar el talento de Balzac porque era monárquico. Por lo demás Mitre no era más reaccionario que José Maria Rosa y mucho menos un arrepentido como Manuel Gálvez, quien subió al árbol por la izquierda y bajó por la derecha. Y francamente señores; si en cuestión de ideas me obligan a elegir, me quedo con el liberalismo antes que con el catolicismo. Señores nacionales y populares, parecen ustedes olvidarse que catolicismo siempre fue –y sigue siendo-- sinónimo de reacción. (los sacerdotes del tercer mundo son demasiado recientes y pocos)

En fin,..lo que quiero decir es que la nefasta conducta de Mitre como gobernante, no lo inhabilita como intelectual. De él no es recomendable leer su traducción del Dante porque, según dicen los expertos, es tan mala que hubo un conato de declaración de Guerra de Italia a la Argentina por haber ofendido la cultura italiana. Pero a pesar de eso, Mitre, tiene textos históricos respetables. Por algo la dictadura de Videla prohibió “La Guerra de las Republiquetas” de Bartolomé Mitre, libro que el Che llevaba en su mochila y que Santucho siempre recomendaba. La propia “Historia de San Martín” de Mitre no es el summun de una historia, pero no es peor que otras, sobre todo es bastante mejor que alguna escrita por materialistas dialécticos que atribuyen toda la acción de nuestro general, ese que renunció al poder, a su “objetiva” posición de clase, a punto tal de negarle casi su condición de sujeto deseante..

El problema del llamado revisionismo histórico que prolifera en nuestros días en manos de Escribas de la Reina como escribas del Mercado, no consiste en su supuesta interpretación distinta de la historia; eso seria bueno, un enriquecimiento, la posibilidad de debates interesantes. No, el problema con estos periodistas pretendidos historiadores que sacan folletines como conejos de la galera, es la falta de seriedad, la inconcebible superficialidad y la burda carga ideologista, bastardeando los hechos históricos con el único fin de justificar el presente. Eso ya no lo puede hacer Mitre porque murió hace décadas.


Pero además la propia historia se defiende de los Escribas llenándonos de cachetadas, es decir la historia es una disciplina que se cuida sola porque vive enseñando: no entiendo como los revisionistas no aprenden. Fijese, por ejemplo, respecto al imperialismo inglés. Los ferrocarriles fueron uno de los símbolos mayores de la injerencia inglesa en Argentina, tema especialmente denunciado por Scalabrini Ortiz. Pues bien, Perón hizo un acto de indiscutida y maravillosa justicia histórica, un acto que valió más que toneladas de páginas: los nacionalizó.
¡Grande Perón!, tan grande que incluso les borró los nombres que le habían puesto los ingleses (FC Central Argentino; FC del Sur; FC Pacífico, etc…..) y les puso nombres nacionales; si señores, nombres bien nacionales, porque les guste o no, estas personas nacieron en Argentina: Mitre, Sarmiento y Roca, y claro también San Martin y Belgrano. ¿Cómo explica ese señor que aprendió del judio Marx a ser nacionalista y que siempre recuerda a Codovilla caminando con el paraguas abierto una tarde de sol, cómo explica, digo, que el General Perón en ese magnifico acto de justicia histórica, haya bautizado con nombres de “vendepatrias” como Mitre, Roca y Sarmiento, a los ferrocarriles nacionalizados?

Pare, pare, no siga inventado…no es que la “oligarquia” presionó a Perón...yo se lo voy a explicar: Porque Perón no fue revisionista, ni rosista, ni antisemita, ni nacionalista católico, Perón fue peronista, para bien o para mal, Perón fue, ante todo peronista; y Perón fue tan libre de prejuicios como corresponde a ese gran pragmático que era. O sea un gran caso de inmanencia, no hizo su obra inspirado en la trascendencia divina o histórica, sino en su voluntad inmanente. Además, si alguien sabia de historia, no solo nacional sino universal, era Perón. Y él sabía que esos personajes fueron grandes impulsores de los ferrocarriles.

Y para terminar por ahora, Para bien o para mal, —yo estoy convencido que para bien, porque yo soy y fui siempre un convencido internacionalista—; el PRT “de Santucho” era ante todo guevarista internacionalista y tozudamente clasista. Los populistas, que evidentemente estuvieron por error en el PRT, que hoy florecen generosamente regados por este gobierno, tienen derecho a hacer la suya, derecho a la autocritica, al arrepentimiento o a lo que les plazca, sólo les pido que, por silencio u omisión, no se apropien de esta parte de la historia.

viernes, 26 de noviembre de 2010

GOLPE DE ESTADO DE LA BANCA Y DE LAS GRANDES EMPRESAS, por José Manuel Martín Medem

Proponen a la monarquía refundar España con una contrareforma constitucional. Consideran un nocivo e indeseable virus a los ciudadanos que no tengan capacidad de sacrificio

Los dueños del poder económico han pasado por encima del gobierno y del Parlamento y han llevado al rey una propuesta para "refundar España (1), interviniendo cuanto antes para cambiar el ámbito constitucional e imponer un nuevo modelo de Estado".

Como si las grandes empresas tuvieran el derecho de decidir sin tener en cuenta la democrática voluntad popular, el BSCH, el BBVA, la Caixa, Telefónica, Repsol, E.ON, Endesa, Iberdrola, Prisa, Planeta y otras cuarenta de las más importantes compañías del país han decidido que "termina un ciclo y empieza otro que exige cambios estructurales y urgentes". Consideran que "lo importante no es tener más o menos derechos sino establecer pactos de Estado para crear e institucionalizar un nuevo esquema de conducción y planificación del país". Plantean a la corona que someta a los grandes partidos para "cambiar el modelo de Estado con mecanismos efectivos y eficientes que garanticen la adecuación y el alineamiento continuos". Reclaman una contrareforma para el modelo autonómico y exigen a los ciudadanos "capacidad de sacrificio (2) para un Estado del Bienestar responsable con una revisión urgente y profunda del sistema de pensiones, del mercado laboral, de la negociación colectiva, de las modalidades de contratación y de los costes y causas del despido".

La banca y las grandes empresas insisten en que "cambiar el modelo de Estado es la decisión más trascendental en el proceso de transformación para refundar España".
La arrogancia del poder económico contra la democracia.
Un golpe de Estado.
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(1) La Fundación Everis, presidida por Eduardo Serra, ha presentado al rey el informe Transforma España patrocinado por cincuenta grandes empresas.

(2) La banca y las grandes empresas piden al ciudadano capacidad para adaptarse: "Quien no incorpore (porque
no pueda o porque no quiera) los paradigmas de evolución darwinista (mejora continua y renovación permanente) está condenado al fracaso o, lo que es peor, a sobrevivir lastrando al resto del sistema como un nocivo e indeseable
virus".

domingo, 21 de noviembre de 2010

Otro terremoto en la zona euro, por Roberto Montoya,


Irlanda se endeudó y se está hundiendo como España. Hoy toda Europa paga las consecuencias. Además, Portugal es hoy el próximo candidato a sufrir el contagio de la crisis continental Poco tiempo duró la paz en la eurozona, compartida por dieciséis países europeos. Después de que el FMI y el Banco Central Europeo (BCE) rescataran a Grecia en mayo pasado de la bancarrota con un préstamo de 110.000 millones de euros a tres años, bajo durísimas condiciones económicas y sociales, los líderes europeos se fotografiaron sonrientes en Bruselas, dando por cerrada la crisis. Los dirigentes de la Unión Europea aseguraron en su momento que habían logrado “calmar a los mercados financieros”, esas abstractas y a su vez poderosas instituciones globales que muestran a diario estar por encima de gobiernos democráticamente constituidos, con capacidad especulativa para hacerlos tambalear y hundir. Sólo hacía falta, decían entonces, que los gobiernos europeos, disciplinadamente, aplicaran drásticos planes de ajuste, con durísimos recortes del gasto público y de las conquistas sociales de sus cientos de millones de ciudadanos. Y empezaron los ajustazos por doquier, sin importar si el gobierno de turno de tal o cual país llevara la etiqueta de conservador, liberal, laborista, socialista o socialdemócrata.
Poco se diferencian las recetas de todos ellos. Las orientaciones económicas de Bruselas, donde tienen sus sedes centrales las distintas instituciones que dirigen la Unión Europea, de neto corte ultraliberal, rigen para todos, son obligatorias y las violaciones a las mismas son castigadas con sanciones. El viernes pasado, seis meses después del rescate de Grecia, una decena de técnicos del FMI, el BCE y representantes de la UE, desembarcaban en Dublín con sus cuentas en la mano para explicar al Gobierno conservador irlandés de Brian Cowen, las condiciones que deberá cumplir para ser “rescatado”. A Irlanda se le exige subir vertiginosamente su impuesto de sociedades, que está en el 12,5%, menos de la mitad de la media europea; reestructurar su sistema bancario –al que el Gobierno garantizó el 100% de los depósitos, en una decisión muy criticada por la UE– y atajar su déficit público, del 32%. Los técnicos visitantes revisarán también con lupa los detalles del plan de ajuste de 15.000 millones de dólares para los próximos cuatro que debe presentar el Gobierno irlandés a fines de noviembre. Para aplacar las resistencias soberanistas de Owen ante las presiones internacionales, le recordarán seguramente que Irlanda dejó de ser el país más pobre de la Unión Europea, para pasar a ser el segundo con renta per cápita más alta, al que se terminó por calificar de el “Tigre Celta”, gracias a los millonarios Fondos de Cohesión que la UE le aportó al entrar en esa comunidad europea para solidificar su economía y homologarla a estándares del resto de sus socios. Irlanda se obnubiló, se endeudó, y se hundió, como España, atrapada por la burbuja inmobiliaria. Hoy toda la UE paga esas consecuencias y provoca divisiones entre sus miembros sobre los límites que deben ponerse a los rescates a países en crisis por irresponsabilidad. El primer ministro griego, el socialdemócrata Yorgos Papandreu, criticaba días atrás, por ejemplo, a Alemania, por exigir que los bancos asuman parte de las pérdidas en el caso de suspensión de pagos de un país, por entender que tal medida “crea una espiral de tipos de interés más altos para aquellos países en dificultades”.
Y, acto seguido, Papandreu reconocía ante otro grupo de técnicos del FMI, BCE y la UE que también revisaron en Atenas la marcha de sus planes de ajuste, que el déficit público de 2009 no había sido del 13,6% tal como aseguró antes su Gobierno, sino del 15,4%. Por ello, el Gobierno se comprometió a reducir este mismo año el déficit en seis puntos, por medio de una reducción del gasto en hospitales públicos y el saneamiento de la Administración. Pese a la supuesta solución del caso griego de seis meses atrás, la Unión Europea viene viviendo en realidad bajo un ataque de nervios, apagando fuegos aquí y allí, tratando de prever cuál será el próximo país contagiado. Portugal es hoy el más vulnerable a sufrir el contagio de la crisis irlandesa. El ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, reconoció la existencia de “un riesgo elevado” de que su país se vea obligado a recurrir también al Fondo de Rescate de la UE y a la ayuda de la FMI. El ministro de Exteriores portugués, Luis Amado, ha reconocido que si fracasa el pacto del Gobierno socialista –en minoría– con la oposición socialdemócrata para enfrentar la crisis, “Portugal podría verse obligado a abandonar el euro”. Es el primer Gobierno de la UE que plantea explícitamente esa posibilidad. La canciller alemana, Angela Merkel, advertía precisamente en el reciente congreso de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que “hay mucho en juego, si el euro cae, Europa cae”. Según la líder conservadora, “la idea de los valores europeos y la unidad fracasarán, una idea que dio a nuestro continente fuerza y prosperidad después de las guerras y la destrucción del siglo pasado”. Por su parte, el Gobierno de Rodríguez Zapatero se ha apresurado a decir que “España no es Irlanda ni Grecia”, que tiene una economía sólida, que su sistema bancario es de los más saneados de Europa y que, como garantía extra a “los mercados”, dado que reconoce que la anunciada recuperación económica es aún imperceptible, adoptará medidas de ajuste adicionales. A la reforma laboral recientemente aprobada se sumará en breve la reforma de las pensiones, un control más estricto del subsidio de desempleo que cobran gran parte de los más de cuatro millones de desempleados; un racionamiento del sector público empresarial, que pasaría a tener 77 empresas en vez de las 106 actuales; un brutal recorte al apoyo a la industria alternativa de energía fotovoltaica y una serie de medidas más. El Gobierno del socialista Rodríguez Zapatero sigue haciendo buena letra con el FMI, con el BCE, con la UE y los omnipresentes mercados.
¿Y después de Irlanda, quién seguirá?

domingo, 7 de noviembre de 2010

Obama torpedeado por la derecha; por Roberto Montoya


Tras la autocrítica presidencial por la paliza electoral, el nuevo líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boeghner, advirtió que condicionará la agenda y el rumbo del gobierno en los próximos dos años.

Sólo han pasado 18 meses desde la llegada de Barack Obama al poder y el 52% de votos que lo aupó a la Casa Blanca parece haber desaparecido. Los estadounidenses lo castigaron en las urnas en la primera oportunidad que tuvieron, en las elecciones legislativas de medio mandato que tuvieron lugar el martes pasado.
El Partido Demócrata perdió 60 escaños en la Cámara de Representantes, quedando en minoría, y aunque logró mantener su mayoría en el Senado sólo por la mínima, ha perdido también allí seis escaños, además de diez gobernaciones. Es la derrota más grave sufrida por un presidente en toda la historia de Estados Unidos, sólo comparable con la que sufrió otro demócrata, Bill Clinton, en 1994.
Desde 1928 los republicanos no habían conseguido una victoria semejante en este tipo de elecciones.
“Esta paliza me deja claro lo importante que es para un presidente salir de la burbuja de la Casa Blanca”, dijo Barack Obama. “Como presidente, acepto la responsabilidad”, añadió. Si resulta extraño escuchar a un jefe de Estado reconocer sus errores de una manera tan rotunda, más aún es que haya hecho su mea culpa cuando todavía no había terminado siquiera la votación en gran parte de los comicios electorales. Y fue lo que hizo Barack Obama, para asombro de los periodistas que fueron convocados mucho antes de lo que pensaban a su conferencia de prensa.
Tal como se preveía, el opositor Partido Republicano asestó un duro golpe al Gobierno Obama y amenaza ahora con utilizar su amplia mayoría en la Cámara de Representantes para echar por tierra algunas de las reformas estrellas de Obama, entre las cuales está la reforma sanitaria. Los congresistas están exultantes por poder boicotear desde sus escaños cuanta iniciativa intente llevar adelante el presidente, tanto en temas nacionales como internacionales.
El nuevo presidente de la Cámara de Representantes, John Boeghner, ya ha calificado de “monstruosa” la reforma sanitaria recientemente aprobada, asegurando que “se cambiará de rumbo”. Un cambio que podría afectar también a la lucha contra el cambio climático, a los intentos de Obama por cerrar la prisión de Guantánamo, a los planes de desarme nuclear con Rusia, a la política hacia Irán u otras acciones clave proyectadas por la actual Administración. El hecho de no haber logrado la mayoría en el Senado dificultará por ahora que la ofensiva republicana pueda ser completa, ya que sus propuestas o un eventual impeachment al presidente, requieren del visto bueno de la Cámara alta.
La agresiva campaña del Partido Republicano y especialmente de su creciente corriente ultramontana, la del Tea Party, ha dado sus resultados. Al menos 16 de los congresistas republicanos ahora elegidos, al igual que seis senadores y seis gobernadores, eran candidatos propuestos por el Tea Party liderado por Sarah Palin.
A la crisis económica que le ha recortado sus márgenes de acción y a la división interna del Partido Demócrata existente desde el inicio del mandato de Obama, debe sumarse otro factor negativo que influyó en su derrota electoral: la decisión del Tribunal Supremo de levantar las limitaciones existentes a las empresas privadas para financiar las campañas de los candidatos. Los poderosos lobbies afectados por algunas de las reformas y proyectos planteados por los demócratas apostaron fuerte en esta ocasión. Y los ciudadanos han demostrado mayoritariamente que no quieren en ningún caso que aumente el papel del Estado y el gasto público en desmedro de los intereses privados.
Parece claro que, a pesar de que es todo el Partido Demócrata el que sale derrotado con este resultado electoral, más derrotada aún queda su corriente más de izquierda, el Progressive Caucuss. Obama, lejos de escuchar sus reclamos para que radicalice sus posiciones y termine con sus ambigüedades, se apoyará previsiblemente más en las líneas moderadas y centristas de su partido, en un intento por conectar con los deseos mostrados por los ciudadanos con sus votos.
No es casual el ramo de olivo que tendió rápidamente Obama al Partido Republicano. “Ningún partido tendrá la capacidad de dictar qué hacer, tenemos que buscar áreas de consenso en los principales desafíos que tiene planteados el país”, dijo Obama, añadiendo: “Estoy ansioso por sentarme con miembros de los dos partidos”.
Esas declaraciones, recibidas por los republicanos como una muestra de la debilidad en la que ha quedado el partido gobernante, van en un sentido antagónico al que hasta ahora postulaba el Progressive Caucus. Para este, el presidente, con su talante extremadamente dialogante con los republicanos, sólo ha conseguido descafeinar las propuestas programáticas demócratas, al punto de desdibujarlas totalmente, sin recibir a cambio absolutamente nada por parte del Partido Republicano. Al contrario, los republicanos se radicalizaron más y más durante este último año y medio, al punto de parir una corriente interna ultraconservadora como el Tea Party.
El milagro Obama ha comenzado a hacer agua mucho antes de lo que el mundo pensaba y las perspectivas de ser reelegido en 2012 se alejan ahora mucho más.

martes, 2 de noviembre de 2010

Obama, camino a una derrota; por Roberto Montoya,


Todas las encuestas auguran un huracán republicano en los comicios legislativos Barack Obama camina desde hace semanas con la cabeza baja camino al cadalso electoral. A una semana de las elecciones de este próximo martes 2, con una caída del índice de popularidad desde el 70% al 45%, reconoció de antemano su derrota en el programa de TV Daily Show del comediante progresista Jon Stewart. “La gente está frustrada”, dijo el presidente. Y como tímida disculpa añadió: “hay cosas que la gente ni sabe que hicimos”. Una disculpa que suena rara viniendo de boca del comunicólogo por excelencia. Para intentar demostrar que no todo está perdido, Obama dijo en esa entrevista: “Nunca dijimos que podríamos conseguir todos nuestros objetivos en 18 meses”.

En estas elecciones a mitad de mandato por las que tiene que pasar cada presidente estadounidense, se elige a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a un tercio de los 100 que componen el Senado; a 38 gobernadores, mientras tienen lugar simultáneamente varias elecciones locales y territoriales. Todas las encuestas auguran que un tsunami republicano arrasará en las dos cámaras y en los principales estados en disputa, dejando maniatado a Obama en sus dos últimos años de mandato y abortando (lapsus, los republicanos no abortan) sus posibilidades de ser reelegido en 2012. La causa de esta derrota anunciada, de este desgaste tan acelerado del milagro Obama que obnubiló a medio mundo hace sólo un par de años, no puede atribuirse exclusivamente a las ya de por sí demoledoras consecuencias de la crisis capitalista mundial, que tuvo su origen precisamente en Estados Unidos. Sin ser ningún radical, si uno atiende a los parámetros internacionales, Obama sí lo es para Estados Unidos.

Ya fue demasiado que un partido como el Demócrata, conservador, esclavista y antinegro desde que nació en 1824 y por varias décadas, al punto de ser el apoyo fundamental del Ku Klux Klan (el presidente Harry Truman fue miembro reconocido del KKK), evolucionara durante el siglo XX hacia unas posturas progresistas, cambiándose los papeles con el Partido Republicano (ambos nacieron del mismo tronco, el Partido Demócrata-Republicano) y llegara en el siglo XXI a nombrar a un candidato presidencial afroamericano. Demasiado cambio, sí.
Pero Barack Obama no sólo viene enfrentando desde que inició su mandato el 20 de enero de 2009 el agresivo hostigamiento y boicot del Partido Republicano y de los principales lobbies, que cuentan con gran poder de influencia.

No, Obama, a pesar de haber sido votado mayoritariamente en la interna de su partido frente a su gran rival, Hillary Clinton, su actual secretaria de Estado no tiene el apoyo de todos los demócratas ni mucho menos. Esto se vio en el rechazo de miembros de su propio Gabinete a que investigara las graves violaciones de los derechos humanos cometidos por la Administración Bush al amparo de la “guerra contra el terror”, se vio en su frustrante batalla por cerrar Guantánamo, y se volvió a comprobar en el debate de la reforma sanitaria, que terminó descafeinándose tanto que poco quedó de su idea original.
Son varias las familias políticas que coexisten dentro del Partido Demócrata y Obama juega un papel bonapartista, haciendo equilibrios entre unas y otras. El jueves pasado, en el prestigioso blog The Caucus del New York Times, el analista Michael D. Shear explicaba las presiones que sufría Obama dentro de su propio partido, y el peso que tienen las distintas corrientes. “¿Es Obama demasiado tímido?”, titulaba Shear su nota. Y explicaba que ésa era la crítica que le hacía el sector más “liberal” de los demócratas, que en Estados Unidos es equivalente a progresista o izquierda. Shear explicaba que el sector más liberal o de izquierda del Partido Demócrata, el Progressive Caucus, con 78 miembros en la Cámara de Representantes (de un total de 255 representantes demócratas), presionaba al presidente para que fuera más radical en su programa. Este sector le pide que se apoye en ellos, en “un más pequeño y más cohesionado caucus”. Pero los llamados Blue Dogs y los New Democrats, la corriente de los moderados y de los centristas, acumulan 105 escaños en dicha Cámara, son mayoría en el bloque demócrata . Barack Obama sabe, por tanto, que aunque su ideario esté más cercano al Progressive Caucus, necesita indispensablemente del apoyo de las otras dos corrientes para intentar sacar su programa adelante. Shear recuerda en su análisis, para más Inri, que según una última encuesta de Gallup, el 42% de los estadounidenses dicen ser “conservadores”, el 35% “moderados” y sólo un 20 se reivindica “liberal”. Con esas cifras internas y externas sobre la mesa, Obama no tiene demasiado para festejar. En las últimas semanas ha concentrado sus esfuerzos en remodelar su Gabinete, en un intento por atacar aquellos problemas más inmediatos que acucian a los ciudadanos. Esta realidad es bien conocida por el Partido Republicano y de ahí su euforia y radicalización. Actualmente tienen 178 escaños en la Cámara de Representantes y 41 en el Senado, pero están seguros de conseguir la mayoría en las dos cámaras.

Desde que Obama llegó al poder, el Partido Republicano radicalizó su discurso y engendró el Tea Party, un movimiento con valores cavernícolas, ultraconservador, xenófobo y homófobo, enemigo acérrimo de todo lo que huelga a Estado y defensor a ultranza de las armas, que ha ido creciendo como la espuma en todo el país.
Liderado por Sarah Palin, ex gobernadora de Alaska y ex candidata a vicepresidenta en tándem con John McCain en las elecciones en las que ganó Obama, en poco tiempo se ha convertido en una poderosísima corriente dentro del Partido Republicano. Palin reconoce públicamente que luchará dentro de su partido para ser la candidata republicana a las presidenciales de 2012. Los comicios del martes darán una primera pauta de cuán cerca están los republicanos de volver a la Casa Blanca.

domingo, 31 de octubre de 2010

El pseudo progresismo argentino llora a Kirchner, un continuador del modelo


Las reflexiones que siguen están dedicadas a mis amigos kirchneristas, convencidos ellos que nos deja un “revolucionario luchador por su patria”. Sé que caerán antipáticos algunos conceptos, pero creo que así como tenemos la libertad de expresar nuestras ideas, tenemos la obligación de denunciar el modelo, modelo, que mal que le pese a mis amigos kirchneristas, sigue generando desigualdad social, pobreza y marginalidad.

por Rubén Kotler
No hay medias tintas a la hora de definir un proyecto político. No existe un capitalismo con rostro humano, como no existe modelo alternativo que solo se defina como tal en lo discursivo. La muerte del ex presidente Néstor Kirchner debe servirnos entonces para repensar una cantidad de cuestiones que los intelectuales orgánicos que lo acompañan no están dispuestos a pensar, simplemente porque viven y comen del modelo. En los siete años que lleva el kirchnerismo en el poder no ha cambiado el modelo económico sostenido en este país desde 1966 a la fecha. Hay que decir sin eufemismos y llamando a las cosas por su nombre, que el modelo de producción capitalista sigue dominando en las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales de nuestro país. Creo que quienes afirman lo contrario no entienden cómo funcionan determinadas relaciones, pero además se niegan a mirar los datos de la realidad con la suficiente inteligencia para ver que poco y nada ha cambiado respecto al tan cuestionado modelo de los años 90. Y simplemente no ha cambiado porque el extinto ex presidente Kirchner es hijo de aquel modelo. Gobernador de Santa Cruz durante los duros años del menemismo, no le conocemos a Kirchner declaraciones opuestas al modelo durante esos años, acompañando incluso, la ola privatizadora de las empresas estatales estratégicas como Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Además todos hemos visto alguna foto de Kirchner abrazando a Menem, seguidos ambos, por la mirada de Cristina.

En esto sería bueno hacer memoria. No basta decir que se pertenece a una generación para decir que los ideales de esa generación son los que gobiernan. Kirchner no reúne detrás de sí el espíritu de los setentistas, por más discurso que pretenda lo contrario. Kirchner reúne el espíritu de los 90, el de un país a merced del mercado, cuando por ejemplo, decide pagar la deuda externa. Kirchner no sintetiza el espíritu de la generación que buscó transformar el mundo pues lejos de aquellos ideales transformadores de la sociedad, el ahora extinto dirigente peronista ha sostenido el modelo económico y social del consenso de Washington. Si algún espíritu setentista sostuvo al matrimonio presidencial ha sido la soberbia y la prepotencia montonera, aquella que siempre creyó llevarse el mundo por delante.


Sin Jorge Julio López NO HAY DERECHOS HUMANOS

La que pareció ser la principal bandera de Kirchner pronto se ha convertido en una banalización de un tema tan profundo como trascendente. Los derechos humanos de la administración K, y aún cuando hubiera cooptado a determinados organismos de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo, Abuelas o algunas regionales de HIJOS, hace agua por todas partes.
El avance no solo ha sido lento sino que hasta el momento solo se ha juzgado a una pequeña cúpula de dictadores más en su lecho de muerte que cercanos a cualquier poder, omitiendo que la justicia para ser tal debe llegar a todos los cuadros del aparato represivo implicado en la violación sistemática de los derechos fundamentales.
Kirchner hizo uso y abuso de los derechos humanos, esos que por lo que tantos nos hemos preocupado en gran parte del campo popular. Pero además y para seguir ejerciendo nuestro derecho a la memoria, derecho que parece ser que nos han quitado, que nos han robado, mientras Jorge Julio López no aparezca con vida todo discurso de derechos humanos naufraga a la deriva y no se sostiene en sí mismo. Los apologéticos del kirchnerismo han olvidado a López.
Ni en 6,7,8, programa oficialista y ultrakirchnerista de la televisión pública (aquella que debiera ser de todos los habitantes del país y no solamente de la casta gobernante) blablablean de Néstor y de Cristina, encumbrándolos como los salvadores de la patria, colocándolos cual ídolos de bronce pero se han olvidado por completo que un compañero del campo popular está DESAPARECIDO. Jorge Julio López está DESAPARECIDO y esto, en una administración que se dice defensora de los derechos humanos es inadmisible.
Un desaparecido en democracia vale lo mismo que 30.000 desaparecidos en dictadura. Un solo compañero del campo popular desaparecido vale tanto como todos. Y no vale la consiga sola de aparición sino va seguida de la vida, aquella que reclamaron por tantos años las organizaciones de derechos humanos, hoy, alguna de las cuales, son parte integrante del proyecto K. Tampoco a estas organizaciones les he vuelto a escuchar el reclamo de la aparición con vida de López. Y esa aparición es responsabilidad del Estado.


Moyano, cuadro de la Triple A, apoyo político de Kirchner


Desde lo político tampoco el kirchnerismo supo construir una alianza cuanto menos progresista apoyándose en peligrosos personajes oscuros como el camionero Hugo Moyano. Habría que recordarle a los apologéticos del Kirchnerismo, aquellos crédulos de las banderas de los derechos humanos, el pasado fascista de Moyano, acusado de colaborador cercano de la Triple Alianza Anticomunista, grupo parapolicial que asesinó a decenas de dirigentes políticos, obreros, estudiantiles y sindicales durante el interregno peronista de Isabel Martínez de Perón. Moyano respondía a las patotas de Mar del Plata y hoy goza de una inmunidad e impunidad para sentarse a la par del palco presidencial en cuanto acto oficial existe. Néstor Kirchner construyó esta alianza y otras no menos complejas, sostenidas en torno a vínculos non santo. Pienso por ejemplo, en las relaciones del kirchnerismo con el gobernador de Tucumán, un empresario asociado a intereses claramente de clase con el poder capitalista mundial, hombre cuyo poder reside en el dinero y no en la construcción política de una idea, hombre que ha acompañado a Kirchner en su proyecto porque supo leer perfectamente el esquema de poder entre la administración central de la casa Rosada con el interior.
Alperovich, niño por momentos mimado del ahora difunto ex presidente, mantiene en la provincia norteña un sistema clientelar basado en dádivas preelectorales.
Kirchner también representa esa forma de hacer política, forma cuasi feudal que sostuvo en Santa Cruz mientras estuvo al frente de la gobernación por tres periodos consecutivos. Pero además y por si todo esto fuera poco, hoy en la Argentina de los Kirchner, cerca de 5000 militantes sociales se encuentran como presos políticos en las cárceles argentinas, denuncias que nunca trascienden en los medios masivos de comunicación. Mucho menos en la TV Pública, plataforma desde la cual el Kirchnerismo supo vender una imagen absolutamente fantasiosa de sí mismo.

La pobreza y la marginalidad

Es cierto que del 2003 a la fecha ha disminuido la pobreza y la marginalidad. Pero tampoco ha sido un cambio transformador en las relaciones sociales ni en el modo de producción y sin ese cambio, los cordones de villa miseria que circundan los grandes centros urbanos no solo no van a transformarse sino que seguirán como hasta ahora y allí, precisamente en esos territorios de pobreza absoluta, es donde reina el clientelismo no solo kirchnerista sino también el de sus aliados. Tucumán es un buen ejemplo de ello. No hace falta alejarse mucho de la gran ciudad capital para advertir que las llamadas villas de emergencias (chabolas, villas miserias, favelas) no solo no han cambiado sino que se han reproducido. Del dicho al hecho hay un trecho enorme y el discurso “progre” de los Kirchner no se condice con la cantidad de gente pidiendo en los semáforos, de los pibes que se suben a los autobuses a pedir una moneda o de la cantidad de limpiavidrios que subsisten gracias a la perseverancia de pasarse horas y horas en una esquina a merced de todo tipo de peligros. La pobreza extrema no se combate con planes sociales circunstanciales sino con una verdadera política revolucionaria de transformación en el reparto de las riquezas, en el modo de producción y en las relaciones sociales, políticas y culturales. Sin estos cambios cualquier plan social no solo es una salida de paso, sino que solo sirve como coto de caza en los días electorales.
Si no se cambia la estructura la dignidad de los seres humanos más afectados por el sistema seguirá dependiendo de la dádiva oficial. Y ni Kirchner ni su esposa han querido transformar este sistema pues es parte de su propio dique de contención electoral. Si el proyecto oficial es la dádiva y no el cambio de las estructuras, entonces no podemos celebrar absolutamente nada. Kirchner no habrá dejado entonces ningún cambio fundamental que prevea hacer que este país cambie. De nada sirve que el país crezca en lo macro si ese crecimiento no llega al ciudadano de a pié y mucho menos si esos ciudadanos viven en la calle.


Sin revolución no hay transformación

Kirchner no fue un revolucionario. No lo es su viuda, la presidente del país, Cristina Fernández. Ni siquiera creo que puedan entrar en la categoría de reformistas. No es revolucionario quien propone cooptar a las organizaciones sociales; no es revolucionario quien paga una deuda externa ilegal e ilegítima olvidando de saldar ante todo la deuda interna; no es revolucionario quien no decide cambiar las estructuras; no es revolucionario quien no propone siquiera la construcción de un país socialista. Néstor Kirchner no fue un revolucionario. Ni siquiera un reformista. Cierto pseudoprogresismo se ha conformado con poco, con fuegos de artificios, con un poco de ruido. Cuando el país tuvo la posibilidad histórica de ser transformado revolucionariamente (una vez más) Kirchner hizo su propio negocio y se llenó los bolsillos y los de su familia a costa del hambre de muchos argentinos. No es panfletario denunciar esto, es parte de una realidad que los pseudoprogresistas no quieren ver.
Los Kirchner, con Cristina ahora a la cabeza, son dueños de grandes riquezas, riquezas que como simples abogados no hubieran podido hacer jamás. Como políticos honrados tampoco. Mucho pudo hacerse en este país en 7 años de gobierno. Se hubiera podido atender a la salud, hoy en estado insalubre, se hubiera podido atender a las jubilaciones y pensar en la lucha histórica de los pasivos del 82% móvil, reclamo histórico de un sector doblemente vulnerable del sistema capitalista, porque es cierto que las jubilaciones se han incrementado, pero también es cierto que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (el INDEC) no puede dibujar los números de una inflación que hace que hoy un simple trabajador un jubilado con la mínima no pueda llegar a fin de mes en lo básico, y no hablemos de la salud, que si debe ser tratado por un tratamiento de alta complejidad, mejor que reserve un terreno en el cementerio. La educación sigue en un atraso absoluto, los salarios de docentes han quedado retrasados respecto a la misma inflación. Y podríamos seguir enumerando un estado de cosas que no se condicen con las proclamas de cambio de los pseudoprogresistas que hoy lloran a Néstor Kirchner.
El país no ha cambiado y una cantidad de cosas deben ser repensadas y debatidas. No desde el sectarismo cuasi fascista de la derecha retrógrada, no desde el esquematismo cerrado de algunos partidos de izquierda, pero tampoco desde un kirchnerismo que como dije y sostengo no ha hecho nada por cambiar el sistema.
El modelo no ha cambiado. El país tampoco. Los discursos no son revolucionarios. Las acciones pueden serlo.


Epílogo, mientras se cierra el cajón
No me he puesto ni contento ni triste con la muerte de Néstor Kirchner. Me ha sido indiferente. Lo que si me ha indignado es la panda de aduladores, intelectuales orgánicos, que han querido hacernos creer que el difunto podía ser equiparado al Che Guevara. Kirchner fue el mejor continuador del sistema. Por eso mismo el sistema lo ha sostenido. Buen alumno que ha pagado sus cuentas. La hipocresía de algunos que se han visto beneficiados por el Kirchnerismo, hoy desfila sin cesar por la televisión pública. Una vuelta de la derecha más retrógrada solo es entendible en tanto y en cuanto Kirchner no ha hecho nada, absolutamente nada, por construir en verdad otro modelo social, un modelo construido desde las bases y para las bases, sin clientelismo, sin priorizar la deuda externa por sobre la verdadera deuda que debe ser saldada urgente: la deuda interna. Pero desde otros campos y con otros discursos y con otras prácticas, vamos a seguir denunciando desde aquí que nada ha cambiado y que todo debe ser transformado revolucionariamente. De lo contrario habremos perdido una nueva generación de argentinos y tendremos que lamentarnos que no hemos sabido leer la realidad tal y como sucedió allá por diciembre de 2001. El peligro, claro está, es que vuelvan los de siempre. Y resurja un nuevo Kirchner retransformado y los pseudoprogresistas vuelvan a perder la memoria. Ya nos pasó con la Alianza en el 99. Puede volver a pasarnos en 2011… o antes.



martes, 19 de octubre de 2010

La mujer, doble víctima de las guerras. A 10 años de la Resolución 1.325

55 años después de su creación, la ONU descubrió que la mujer era víctima por partida doble en las guerras, y en 2000 aprobó una resolución para protegerla. En su aniversario se impone un balance

(Intervención de Roberto Montoya en la mesa redonda del 15 de Octubre organizada por la Fundación Euroárabe en la Biblioteca del Museo Reina Sofía de Madrid, en el marco del Festival El Ojo Cojo de Cine, Cortos y Documentales)

Estos días se cumplen 10 años desde la aprobación de la Resolución 1.325 de la ONU, y gracias a este instrumento y otros complementarios posteriores también muy importantes, Naciones Unidas ha comenzado a incorporar a una gran parte de sus organismos, misiones y actividades, la problemática de la violencia de género ligada específicamente a los conflictos armados y a los periodos de construcción y mantenimiento de la paz.

Días atrás, a inicios de octubre, representantes de Naciones Unidas dieron a conocer en Madrid, en el marco del seminario “Instrumentos eficaces para la igualdad en el desarrollo”, que tres de cada mujeres en el mundo han sufrido violencia machista en algún momento de su vida. La ONU aclara que la mitad de esas agresiones sexistas la sufrieron menores de 16 años. En pleno siglo XXI se calcula que 140 millones de niñas y adolescentes sufren mutilación genital, que 30 millones de niñas viven en las calles, expuestas a la violencia sexual.

Diez millones de niñas en el mundo son obligadas a casarse antes de los 12 años; 86 millones de niñas crecen sin educación alguna; miles de niñas en Afganistán son atacadas por los talibán por atreverse a ir a la escuela, las escuelas de niñas son consideradas objetivos militares.

Más de 5.000 mujeres mueren al año en el mundo víctimas de los llamados “crímenes de honor” realizados por sus propias familias.

Hay guerras como las de Afganistán en las que Occidente utilizó de forma propagandista y oportunista la asfixiante opresión sufrida por las mujeres como muestra de la crueldad del enemigo talibán, pero nueve años después su situación, si bien es de reconocer ciertos avances con respecto a la siniestra época talibán, no ha mejorado de una forma más radical a causa del retrógrado, corrupto y autoritario gobierno de Hamid Karzai aupado al poder por EEUU y sus aliados.

En Irak, tras siete años de guerra, y cientos de miles de muertos después, EEUU y sus aliados reivindican la victoria, reivindican haber estabilizado el país, pero las mujeres han perdido terreno en materia de derechos y en su rol en la sociedad. Históricamente las mujeres iraquíes habían ido conquistado importantes derechos, muchos más avanzados que en el resto de países de su entorno, teniendo un gran protagonismo en la vida política y social. Su apogeo lo tuvieron durante los años 70, paradójicamente, bajo la dictadura de Sadam Husein..

Las guerras, sean en Africa, Asia, Oriente Medio o en cualquier parte del mundo, siguen agravando enormemente los niveles de violencia sexual contra las niñas y mujeres.

Esas agresiones, esos crímenes, no son lamentablemente casos aislados protagonizados por puñados de soldados o milicianos psicópatas de un bando u otro. Son parte ya integrante de las guerras.

Las mujeres siguen siendo como en las guerras primitivas parte sustancial del botín de guerra. Con las agresiones a cientos de miles de niñas y mujeres en países como Sudán, la República Democrática del Congo o tantos otros, no sólo se traumatiza a las víctimas directas de por vida, se dispara el número de embarazos no deseados y se expande el virus del Sida. También se logra humillar y denigrar a toda una comunidad.

En continentes como Africa, donde la mujer de las zonas rurales juega un papel económico, social y familiar vital, más que en otras zonas del mundo, las consecuencias de las violaciones sistemáticas y masivas son aún mayores.

Como denuncian las organizaciones que trabajan en la zona, tras ser víctimas de violaciones, las mujeres de una comunidad, por temor, dejan de ir a cosechar a los campos más alejados y no acuden a los mercados, alterando así toda la vida económica de las familias y comunidades, ahondando aún más su extrema pobreza.

Por eso, por todo ese panorama tan desolador que se le presenta a la mujer, desde niña, en tantos países todavía hoy día, cualquier avance que se de es importante. No se pueden minusvalorar los pasos que poco a poco y en forma desigual se están logrando en muchos lados, estimulados por la Resolución 1.325. Pero tampoco se pueden sobrevalorar creyendo que su simple existencia es de por sí garantía de un cambio profundo, radical, en todo el mundo.

Muchos programas que llevan adelante distintos organismos de la ONU u ONGs apoyadas por Naciones Unidas en numerosos países, han supuesto un estímulo, un cambio palpable para la situación de muchas mujeres afectadas por conflictos bélicos, durísimas sequías, hambrunas, mujeres desplazadas de sus casas y pueblos, mujeres hacinadas en campos de refugiados en Africa, Asia, América Latina y el Caribe.

Sabemos que Naciones Unidas aprueba muchas veces resoluciones y promueve tratados internacionales sobre los temas más variados, sobre la tortura, sobre los derechos de los niños, sobre el control de armas de todo tipo, sobre el racismo, sobre la protección del medio ambiente y un larguísimo etcétera, que, de cumplirse estrictamente, harían del planeta un lugar más justo e igualitario para vivir.

Pero sabemos también que esa mancomunidad de naciones, la más grande del mundo, donde están representados 192 países, está muy lejos de ser perfecta, está muy lejos de ser gobernada colectivamente, de forma democrática por sus estados miembros y no por un puñado de potencias que pujan constantemente por sus propios intereses, aplicando dobles raseros, violando ellas mismas los tratados contra la tortura o las Convenciones de Ginebra, y utilizando sistemáticamente, como hace desde hace décadas EEUU, su derecho de voto, para impedir la aplicación de todas aquellas resoluciones aprobadas mayoritariamente que les sean perjudiciales para sí o para sus aliados.

No nos debe extrañar por tanto que estas serias limitaciones que muestra a menudo la ONU también sean extensivas al tema de la aplicación de la resolución 1.325 y a toda la normativa en defensa de la mujer existente.

Las incoherencias de Naciones Unidas

¿Cómo es posible entender, si no es así, que en 62 años de operaciones de paz de la ONU haya habido sólo siete mujeres con rango de representante especial del Secretario General de Naciones Unidas para alguna misión, o que sólo haya dos mujeres en el equipo de 40 personas que componen la Secretaría General? Todo ello, paradójicamente, a pesar de que la Resolución 1.325, en su texto insta al Secretario General de la ONU y a los Estados miembros a garantizar un aumento de mujeres en todos los ámbitos de construcción de la paz, así como en carácter de enviadas especiales.

¿Cómo es posible que diez años después de la aprobación de la resolución 1.325, sólo 20 países –entre ellos España—hayan decidido llevar a cabo un Plan de Acción específico sobre el tema, y que de ellos sólo 11 están en vías de elaboración? Y esto después de una década.

¿Cómo es posible que queden impunes las violaciones y abusos contra niñas y mujeres cometidas por “cascos azules” encargados precisamente de protegerlas, de dar el ejemplo. Muchas de esas mujeres han sido violadas por milicianos o soldados en conflictos bélicos y cuando lograr refugiarse en un campamento de la ONU o estar en una zona bajo control de los “cascos azules”, vuelven a vivir esa pesadilla. Y esto no ha sido ni un caso ni dos, sino muchos, en distintos países y con cientos de “cascos azules” de distintas nacionalidades involucrados.

A través del llamado Informe Machel, elaborado por Gracia Machel, ex ministra de de Educación y Cultura de Mozambique y esposa de Nelson Mandela, la ONU reconoció por primera vez públicamente en 1996 la responsabilidad de sus “cascos azules” en violaciones, trata de mujeres y abuso infantil en misiones desarrolladas en Angola, Mozambique, Bosnia, Croacia, Somalia, Ruanda y Camboya.

Esto sucedió antes de la resolución 1.325, sí, pero se volvió a producir en Haití a partir de 2004, y en Sudán, especialmente en la región de Darfour, y en la República Democrática del Congo, donde la propia ONU reconoció en un informe en 2005 que se habían producido 105 denuncias contra “cascos azules”, que se aprovechaban de niñas y mujeres congolesas desesperadas para practicar sexo con ellas a cambio de comida o unas monedas.

¿Cómo se puede compatibilizar la resolución 1.325 de la ONU con la Convención de Privilegios e Inmunidades de Naciones Unidas, vigente desde 1946, y que establece que el país receptor de “cascos azules” no puede juzgarlos en su territorio aunque cometan en él delitos o crímenes?

¿Qué es lo que hace la ONU ante denuncias de ese tipo entonces? La Oficina de Supervisión Interna de la ONU es la encargada de investigar si un “casco azul” ha violado un texto interno llamado “Diez normas: Código de conducta personal de los Cascos Azules”.

¿Y qué puede hacer esa Oficina de Supervisión Interna si confirma las denuncias? La ONU no tiene ningún tribunal interno, por lo que su única opción es entregar al “casco azul” a su país de origen para que lo juzgue.

Hasta ahora sólo en un par de casos se concretó esto, en el de “cascos azules” italianos que habían actuado en Somalia, a pesar de que ya son cientos y cientos los soldados denunciados. En la mayoría de los casos sólo se adelanta la vuelta a casa del “casco azul” agresor, sin que esto lo inhabilite para participar en otras misiones de país en el futuro.

Queda mucho, muchísimo por hacer todavía en todas las instituciones, en todos los ámbitos, para erradicar esta lacra. Y la violencia sexual, a pesar de lo grave que es, no es el único problema que atender. Es necesario que la mujer pueda participar activamente en los procesos de pacificación, empezando por las propias instituciones que los planifican y llevan a cabo.

La vicepresidenta primera española, María Teresa Fernández de la Vega, defendió en enero pasado en la conferencia “Mujeres, paz y seguridad”, celebrada en Bruselas por la Comisión Europea y la OTAN, una propuesta para que se establecieran cuotas para lograr que las mujeres participen a todos niveles, civil y militar, en los procesos de paz y solución de conflictos. No es la única que lo ha propuesto en organismos internacionales. Pero su idea no prosperó, y el primero en rechazarla por “irrealista”, fue el propio secretario general de la OTAN, Andres Rogh Rasmussen. El jefe máximo de la OTAN dijo que era imposible lograr algo así en el seno de la Alianza Atlántica dadas “las diferentes tradiciones nacionales de que partimos”.

Y ahí se acabó la discusión.

Es de reconocer que España tiene el doble de mujeres militares en misiones exteriores que la media de la Unión Europea, lo que puede ayudar a tener una mayor sensibilidad para tratar un tema como las agresiones a las mujeres. Actualmente entre el 7% y el 9% del total de soldados que tiene España involucrados en misiones de pacificación son mujeres, cuando el promedio en el conjunto de la Unión Europea es de sólo el 4%.

Es un dato alentador el de España en esta materia, como es alentador un caso como el de Liberia. En un país como ese, sumergido en una cruenta guerra desde inicios de los 90 hasta 2003, con más de 250.000 víctimas mortales, con un altísimo número de violaciones, con una de cada 10 mujeres violadas menor de 5 años, la larga lucha de las mujeres ha empezado a dar sus frutos. Ellas, con sus protestas callejeras, con sus multitudinarias manifestaciones, jugaron un papel clave en el fin de la guerra y en la construcción de la paz.

Hoy día Liberia tiene presidenta, Ellen Johnson Sirleaf, la primera presidenta de Africa. Gracias a su labor y a la de tantas mujeres organizadas, hoy día el 20% de los efectivos de las fuerzas de seguridad liberianas son mujeres.

Hace dos años se creó en Liberia el primer tribunal especializado en violencia de género de toda Africa.

Desde este mes, Liberia cuenta con una Ley de Libertad de Información, la primera también en Africa. Y ahí la ONU ha financiado la Radio Democracia Mujeres Liberianas, que tiene cada vez mayor capacidad de emisión a todo el territorio nacional.

Son datos alentadores sin duda, pero el camino aún es muy largo y para que se avance de una forma sostenida en todo el mundo es fundamental que se acentúe la presión social y mediática sobre la clase política y todas las instituciones internacionales. Y como todas las batallas que se libran por la igualdad real de la mujer, no puede ser sólo una batalla de las propias mujeres, sino una batalla de mujeres y hombres, porque en ella se está jugando un aspecto esencial del futuro que queremos para la Humanidad.

Roberto Montoya