domingo, 30 de noviembre de 2008

Marulanda no puede contestar a Fidel; por José Manuel Martin Medem

En su reciente libro sobre Colombia, Fidel se preguntaba si fue objetivo y justo en su análisis sobre Marulanda publicado en el GRANMA el 5 de julio. ¿Por qué no se hace la misma pregunta sobre sus 'reflexiones' del 3 de julio, también en el órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, cuando consideraba que, en contra del criterio de las FARC, ahora es posible una negociación en Colombia?

Asegura Fidel en su libro que Cuba recomienda "desde hace más de veinte años" que los insurgentes latinoamericanos se orienten hacia as negociaciones. En 1993, en la clausura del V Encuentro del Foro de Sao Paulo, el Comandante dijo que "vemos con claridad que ahora, en este momento, en estas circunstancias, la lucha armada no es el camino más prometedor".En todas las ocasiones el que habla es el Secretario General del Partido Comunista de Cuba.


¿En qué resolución de qué congreso del PCC se ha declarado agotada la vía de la lucha armada que la Revolución Cubana consideraba la única posible para alcanzar y mantener el poder en América Latina? ¿En qué resolución de qué Congreso del PCC o discurso público de Fidel se ha rectificado la lectura que la Revolución hacía de la vía chilena al socialismo?


Escribió Fidel el 5 de julio en el GRANMA sobre Marulanda: "Concebía una larga y prolongada lucha, un punto de vista que yo no compartía. Nunca tuve posibilidad de intercambiar con él".Dicho de otra manera menos sutil: nunca aceptó Marulanda acudir a La Habana para que Fidel le dijera lo que tenía que hacer en Colombia. La misma actitud que mantenía Salvador Cayetano Carpio (el comandante Marcial) en El Salvador cuando las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) sostenían la 'guerra popular prolongada' en contra de la guerra para la negociación impulsada por Joaquín Villalobos con el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), dos de los grupos que componían el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Fidel apadrinó a Villalobos y lo recuerda en su libro sobre Colombia, aunque sin dar su nombre: "Dediqué, personalmente, decenas de horas en transmitirle experiencias, ideas, tácticas y principios de la guerra. No dudó en aplicarlas". ¿Por qué habla Fidel sobre Villalobos en un libro dedicado a Colombia? Literalmente, para quitarse un muerto de encima. Desde Cuba enviaron al ERP al poeta salvadoreño Roque Dalton y Villalobos fue (él lo ha reconocido) uno de los responsables de que lo liquidaran (hay versiones que incluso ponen el arma en su mano), acusado simultáneamente de ser ¡agente de la CIA y de los servicios secretos cubanos!


A pesar del asesinato de Dalton, Fidel eligió a Villalobos como cabeza del FMLN. Con él caminaron hacia la negociación con el argumento cubano (de Fidel) de que había que parar la guerra en El Salvador para proteger a Cuba y Nicaragua frente a los ataques de Estados Unidos. Pero no sólo participó en aquel crimen sino que, después de la negociación, Villalobos traicionó al FMLN, pactó con la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el partido de los 'escuadrones de la muerte', y se ha convertido en un consultor internacional sobre conflictos que ¡asesora al presidente Uribe contra las FARC! No me extraña que ahora Fidel quiera establecer distancias y llegue incluso a escribir lo siguiente sobre la implicación de Villalobos en el asesinato de Roque Dalton: "Había conocido al personaje cuando era militante y jefe del ERP. Realmente desconocía el bochornoso hecho que se le imputa". Miente Fidel. Y miente indignamente. ¿Sería capaz de mantener ante los hijos de Roque Dalton, que vivían en La Habana cuando mataron al poeta, que no sabía hasta ahora que Villalobos (su querido Villalobos) participó en el crimen? ¿Sería capaz de mantenerlo en un debate público? En realidad nunca ha aceptado un debate en condiciones de igualdad. Por eso escribe ahora contra Marulanda. Porque el comandante de las FARC está muerto

y no le puede contestar.

martes, 18 de noviembre de 2008

Carta a "El País" sobre la exclusión de Celaya


Me gustaría saber con qué argumentos ha llegado José Manuel Caballero Bonald (el "seleccionador") a la conclusión de que Gabriel Celaya no merece formar parte de la colección de EL PAÍS dedicada a "la poesía más relevante en lengua española del siglo XX".

Lo que se anuncia como "una completa antología" excluye precisamente a uno de los pocos poetas que mantuvo en España la dignidad de escribir, con tanta calidad como valentía, contra la dictadura del franquismo.

No me extraña que haya que recordarle a EL PAÍS lo que Celaya significa pero duele mucho más que la exclusión se produzca en una colección que se anuncia como "seleccionada y dirigida por Caballero Bonald".

José Manuel Martín Medem