viernes, 24 de octubre de 2008

Carlos ayúdame a entender; por José Manuel Martin Medem


Te agradezco, Carlos, que me regañes cariñosamente porque por lo menos tu airada diatriba (SOLUCIONES DESDE LA INOPIA/Carlos Tena/REBELIÓN/24 de octubre) contribuye a lo que me interesa: hacer posible un debate sobre la democratización del socialismo cubano.


Aseguras que no he entendido lo más importante sobre la Revolución Cubana.

Te pido, como amigo, que me ayudes a entenderlo.

Ya me has regañado bastante. Ahora dame argumentos.


Me gustaría entender por qué hay que considerar como socialismo:

- el paternalismo autoritario de quien sigue elogiando a Corea del Norte,

- la convocatoria con ¡siete años de retraso! del Congreso del Partido Comunista de Cuba,

- la imposición de unos medios de comunicación que manejan como propietarios

cuando deberían ser un servicio público bajo el control social,

- el poder político, económico y social de las FAR,

- las prohibiciones para entrar y salir de la isla,

- la consideración constitucional de 'irrevocable' para un sistema cuya recuperación hacia el socialismo se reclama desde el propio PCC,

- la 'proclividad delictiva' como arbitrariedad para la penalización,

- el gasto de recursos comprando alimentos en EEUU en vez de haberlos invertido en la producción nacional

- y, sobre todo, que se convoque a un debate nacional que los medios no reflejan y que no se admite ni en la Asamblea Nacional ni en el bloqueado Congreso del PCC.

No voy a repetir lo que tantas veces he dicho y he escrito sobre las agresiones terroristas de EEUU contra Cuba. Pero me gustaría que el valor del pueblo cubano y la solidaridad que merece no fueran incompatibles con una auténtica democracia (¡no como la de EEUU y la UE!) sin la que el SOCIALISMO no lo es.

jueves, 23 de octubre de 2008

Marcha de los desangelados; por Pablo López Waisman

El de ayer fue un día histórico para Bolivia en más de un sentido. Lo que me extrañó fue la falta de cobertura de los medios internacionales, siendo un acontecimiento de tal trascendencia que puede compararse con la independencia nacional.

Miles de personas habían llegado a la Plaza Murillo de La Paz después de una agotadora marcha de unos 300 km desde Caracollo, en Oruro.

Caracollo es un villorio en medio del altiplano. Además, es una especie de punto de confluencia donde se encuentran los viajeros que llegan tanto desde el Oriente como los del Sur y Suroeste. Una semana atrás, era el punto de confluencia de la esperanza de millones de indígenas y campesinos. Esperanza en un futuro mejor, igualitario y justo. Esperanza en el final de la discriminación y el maltrato. Esperanza en sí mismos.

Aunque alguna gente todavía no se resigna a dejar en manos de ellos el manejo del país y los llaman hordas, hatos y otros calificativos semejantes y muy denigrantes, ellos caminaron llevando sus aguayos y su dignidad para llegar hasta el Congreso y exigir una Ley que les permitiera votar la nueva Constitución Política del Estado. La misma que en su preámbulo "deja atrás el Estado colonial, republicano y neoliberal y construye colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario" y que le causa náuseas a más de uno.

El sentido común de los políticos, tanto del Gobierno como de la oposición, dio paso a la promulgación de Ley y la fiesta se desató en la Plaza. Los observadores internacionales, acomodados en uno de los balcones de Palacio, lloraban emocionados al ver materializarse el sueño de los desangelados. Evo y Álvaro García Linera entrecortaban sus discursos por la emoción. Bailando con las cholitas y fundido en un mismo abrazo con los campesinos, me doy cuenta que a pesar de ser casi un extraño, estamos cerca, tan cerca como pueden estar dos seres humanos que nacieron y morirán de la misma manera: solos y bajo el mismo cielo. Pablo López Waisman. La Paz, octubre 2008