martes, 13 de diciembre de 2011

Argentina: Los hacedores de memoria son merecedores de alegrías; por Andrea Benites-Dumont

No siempre las demoras pueden deparar alegres coincidencias arrancadas en los límites de los avernos.

Mientras se apuraban estas líneas, el 25/11 murió el genocida Antonio Bussi después de una justiciera agonía prolongada. Juzgado y condenado por crímenes de lesa humanidad, el ex general nunca estuvo en una cárcel común, sino en su lujosa casa, y finalmente en un sanatorio privado.

Algunos brochazos del curriculum de este tipo siniestro cuyo apodo era "El Carnicero".... -1969 fue parte de la comisión de observadores argentinos a la guerra de Vietnam, donde estudiaría tácticas del ejército de los Estados Unidos.... En 1975 es ascendido a general de brigada; en diciembre de ese año es destinado a comandar el Operativo Independencia en la provincia de Tucumán. Allí, Bussi reubicó el centro clandestino de detención de Famaillá al Ingenio Nueva Baviera y ordenó la descentralización de las torturas, estableciendo varios puntos a ese efecto. Esta maniobra era realizada para evadir las inspecciones de los organismos internacionales, a los que engañó ocultando y trasladando a los prisioneros. Después del golpe del 24 de marzo de 1976, Bussi fue nombrado gobernador de la provincia; en ese cargo, multiplicó y profesionalizó los grupos de tortura existentes. En junio del '76, las fuerzas armadas capturaron a Mario Roberto Santucho, líder del PRT-ERP, de acuerdo a testimonios de oficiales militares, el jefe guerrillero fue apresado vivo, y murió en el hospital militar. Su cuerpo fue congelado, y exhibido por Bussi, en ocasión de la inauguración del museo de la subversión de Campo de Mayo.

Y para completar, un dato que la estupefacción se desborda por la indignación y el furor: siendo gobernador de Tucumán, ordenó detener a los vagabundos y mendigos de la capital tucumana y los trasladó en camiones para que fueran tirados por las sierras catamarqueñas, donde murieron de hambre y de frío.

Sin dudar: el aire está un poco más limpio con su muerte (¡Qué pena tenemos los ateos de no creer en el infierno!)

Y siguiendo con el gusto de las alegrías, se vienen a este espacio las condenas habidas (25/10/11) a un pequeño número de oficiales del centro clandestino de detención ESMA (Escuela Mecánica de la Armada). Las penas han sido: 12 perpetuas, para Astiz(1), Acosta, Cavallo, entre otros; 2 condenas de 25 años, 2 de 18 años, y, 2 absoluciones.

Carlos Lordkipanidse, miembro de la AEDD, sobreviviente del campo de exterminio instalado en la ESMA, fue secuestrado en noviembre de 1978, en un operativo que dirigía Alfredo Astiz; fue llevado a la ESMA donde allí supo que estaban su esposa y su hijo de 20 días. Entre las torturas a las que fue sometido, le amenazan con reventarle la cabeza al bebé; finalmente lo colocan sobre su cuerpo mientras le pasan corriente eléctrica. Carlos, el Sueco, soportó muchas sesiones de tortura en diferentes momentos; fue obligado a realizar trabajo esclavo. Su hijo fue entregado a los abuelos, y su esposa Liliana, liberada meses después. Esta suerte de libertad vigilada era controlada por el prefecto Febres (2) quien la violó reiteradamente. En 1981 el Sueco pasa a estar en la misma situación de libertad controlada, y en 1983, puede huir a Brasil y se refugia en Suecia junto a su familia.

Por todo ello, cuando se dictaron las sentencias en esta primera etapa de la causa ESMA, lo que más importaba era y es lo que sintieran y pensaran los sobrevivientes de ese centro clandestino, y los que continúan el compromiso de memoria enfrentándose en los tribunales a los verdugos de los compañeros… porque lo que fundamental de todo, son los compañeros.

- …. Al escuchar y vivir la sentencia, lo que sentí, en términos generales, fue una gran alegría, porque era realidad, y si bien se asentaba en los casos particulares de Raimundo Villaflor y de Rodolfo Walsh-, cuyos cuerpos no están, la sentencia se basó en los testimonios!!, y para completar la alegría, el tribunal manifestó que la Corte Suprema tome ya la consideración de un genocidio.

…. Políticamente ha sido un gran triunfo para nosotros –AEDD-, ya que nuestra querella estuvo por encima de las demás partes querellantes, no sólo por la exigencia de genocidio, sino porque además el juez haya tomado los criterios de validez a los sobrevivientes para la aportación de prueba, y que la misma haya tenido un efecto directo en las cadenas..

… Es cierto que este juicio que ha demorado 2 años, es un tramo menor, pero de gran importancia simbólica, y aún cuando haya dos absueltos pero que no quedan en libertad, ya que los mismos serán juzgados nuevamente en el siguiente tramo que se abre.

… Volveré a testimoniar en la nueva fase; ciertamente que en las audiencias vivimos la re-victimización, pero ha valido la pena. A pesar que el dolor siempre surge, ahora hay una alegría. Y si bien en esta segunda parte, puede tomarse el testimonio dado en la primera, yo voy a ir a declarar con más ganas y alegría.… Los casos que tocan en el segundo tramo, es a partir del año 1978, y es a subalternos, personal subalterno; generará sorpresas, porque estos no tenían el pacto de sangre, no sacaron rédito ni siquiera del botín de guerra.

… Desde la AEDD hemos hecho un recurso para preservar el campo de deportes de la ESMA, ya que allí se realizaba la desaparición efectiva de los cuerpos…por que si no coincidía en los días de vuelos al mar, los prisioneros eran quemados vivos en el campo de deportes. Allí hay elementos probatorios: ¡no se puede jugar al fútboll

… Así que seguiremos para acompañar a los compañeros. Más allá de los años, siempre están los compañeros. Justicia por su historia, por su militancia. Y, festejamos por los compañeros, ¡¡cómo no!!

Iniciar una nota con alegrías no es un hecho que se puede practicar muy a menudo en estos tiempos y en este mundo. Pero aquí están y aquí se quedan.

Sin embargo, en la otra cara, continúan las complicaciones y obstáculos en esta pelea contra el olvido y por la justicia, en esta justicia enmarcada en los códigos laxos y rígidos silencios, y en un sitio donde no hay derecho para el grito por Jorge Julio López, desaparecido en el 2006.

Se hace necesario señalar dos aspectos. Por una lado, además de los trabas procesales, están las politiquerías a las que se han apuntado organismos de derechos humanos y antiguos militantes, que hoy son el coro acústico gubernamental, y participan de la manipulación y tergiversación de las propuestas setentistas; se colocan en las estructuras estatales y se auto-adjudican la potestad de decretar la concreción de los sueños libertarios de aquel tiempo. Con jugosos pagos en subvenciones o en cargos directos, no se sienten molestos por la tolerancia a patotas mafiosas que balean a jóvenes militantes (como fue el caso de Mariano Ferreira), o calladitos se quedan ante los reclamos de libertad por los presos populares, o frente a los actos represivos contra las comunidades indígenas desobedientes…

Estos gatopardos son uno de los elementos más mentecatos del panorama argentino, que sigue bajo un modo de producción capitalista con dimensión mundial, donde la burguesía argentina tiene su arte y su parte. Estos gatopardos, ayer setentistas, hoy funcionarios acoplados en el modelo que sujeta los embates sociales con subsidios a los excluidos de sistema. Allá ellos con su acomodamiento y con sus puestos, pero que no vendan que el modelo capitalista vigente en Argentina, eran los sueños setentistas. No señoras y señores, no. En modo alguno. En los setenta se luchaba por el antagónico al capitalismo.

Pero fuera de los carriles de este impostado estado de sumisión, por ahí andan poniendo las fuerzas en el día a día, los hacedores continuos de memoria y resistencia, por ahí andan los compañeros de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos –AEDD- fuera de los circuitos del poder y de los agrados; obstinadamente construyen al margen de los bienestares de toda índole, haciendo malabarismos con los gastos más elementales o con los de enjundia, tal como hacer frente a los pagos de los alquileres del local –tres años por adelantado, exigencia apremiante de un desconfiado arrendador-, por ahí andan construyendo… y es esta suerte de empecinamiento fraterno devenido de aquellos tiempos, de los setenta, cuando se vivía el futuro en el tiempo del presente.

Andrea Benites-Dumont

(1) Alfredo Astiz, el ángel de la muerte, teniente de marina, ascendió a capitán infiltrándose en el grupo inicial de Madres de Plaza de Mayo, asesinando a las monjas francesas, a la adolescente sueca Dagmar Hagelin, etc.,etc.
(2) Prefecto Héctor Febres, fue encontrado muerto en su celda el 10 de diciembre 2007, sin que todavía se hayan esclarecido las circunstancias de la misma. Anotar que este hecho se produjo un par de días antes que Febres declarara.


Esta nota ha sido publicada en
Contramarcha nº 58

domingo, 4 de septiembre de 2011

Cinco veces septiembre, por Andrea Benites-Dumont


Un nuevo septiembre que suma un tiempo más, un tramo más, de la reaparición de la desaparición en el marco de la democracia; cinco años de la desaparición de un sobreviviente de la dictadura: Jorge Julio López, albañil de profesión, y el oficio de sobrevivir peleando la desmemoria que le cercaba desde que salió de los centros clandestinos de detención que controlaba la policía de la provincia de Buenos Aires, la bonaerense, la siniestra, pero no en grado menor que las demás fuerzas de seguridad del Estado terrorista que implementaron el genocidio en Argentina.

Cinco años desde aquel 18 de septiembre de 2006 que tuvo que leerse el alegato de los querellantes sin la ya presencia de Jorge Julio López. Los abogados de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, pusieron su voz a las palabras que el empecinado memorioso de Jorge Julio López había cimentado en las pruebas condenatorias contra el genocida Echekolatz.

Cinco años donde ha habido de todo en el espacio que contiene los vacíos, que como parte ya de la estructura geográfica, han quedado para siempre marcados en la conformación social de aquel mapa sureño.
En cinco años se desarrollaron y se desarrollan, nuevos juicios contra represores; pero siguen siendo los imputados, una ínfima parte de los que aunadamente prepararon y ejecutaron el plan genocida, y que contaron con múltiples cómplices civiles desde las esferas financieras, desde el poder judicial, desde los medios de comunicación, desde las multinacionales, desde la jerarquía eclesiástica… y que a pesar de la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, siguen gozando de la impunidad que les brinda el acotamiento del mecanismo procesal jurídico, el cerramiento de los archivos ocultos de la dictadura, y la nula voluntad política manifestada en el estrepitoso silencio gubernamental, y también en la despectiva desatención de grupos políticos e incluso de organismos de derechos humanos.

Cinco años en que muchos se han armado de discursos disculpatorios, reduccionistas, aceptadores y defensores, de un proyecto político que se autoabandera como la gran transformación social, que se envuelve en mitos populistas de gran impacto, produciendo así por un lado, un acento de superficialidad y banalidad insultantes, y por otro, una tendencia represiva a todo aquello que profundice cuestionamientos, demandas, reclamos, luchas…
Cuesta reconocer a ciertos grupos o personajes que hoy, a cinco años de la desaparición de Jorge Julio López, bailotean en una esperpéntica degradación, y que no hace demasiado se erigían en puntales intocables en la defensa los derechos humanos.

Cinco años en que aún se debate en planos académicos, jurídicos y políticos, si lo ocurrido en Argentina fue genocidio o sólo “crímenes terribles”. Debate que no es baladí en la medida que determina que no sean juzgados por la ejecución del genocidio, que más allá incluso de las condenas, es la naturaleza del crimen que abre la dimensión del mismo y lo hermana y lo une a otros exterminios padecidos en otros países y momentos históricos, algunos un tanto lejanos y otros contemporáneos.

Cinco años en que un expediente duerme en un cajón de un despacho, porque se “agotaron las líneas de investigación dadas por videntes y mediums” convocadas, y que sin ninguna seriedad ni rigor, negaron el respeto que se ganó un sobreviviente que testimonió a pesar de las amenazas. Un juzgado que entrega los elementos a la misma policía bonaerense que denunciara Jorge Julio López en aquel juicio del 2006 en la ciudad de La Plata.

Aún así, frente a la inoperancia interesada, en las calles, en los actos, en las paredes… la exigencia por Jorge Julio López no ha descansado.

Cinco años de testimonios, de denuncias y marchas roncas, roncas que no rotas.

Andrea Benites-Dumont
(Casapueblos, AEDD)
Septiembre 2011.

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿GUERRA CIVIL? ¿SE SABE LO QUE ES ESO?; por Luis Mattini


Es sabido que ese grupo de intelectuales que se identifican con una carta y que suelen reunirse en la Biblioteca Nacional explican que abandonar la misión de independencia del intelectual para pasar a ser colaboradores del gobierno actual se debe a una inevitable decisión frente a la opción: “O este modelo, o la guerra civil”
¿Guerra civil? ¿Sería posible eso? ¿Es algo que se desprende de nuestra realidad?
Pero yendo al rigor: ¿Qué es una guerra civil?
Intentemos responder: más allá de las causas en última instancia económicas de toda guerra, y de las consideraciones teóricas respecto a las cuestiones bélicas, podemos anotar, ciertos rasgos definitorios de una guerra civil, a saber:

1.- Por lo general las guerras de este tipo tienen un fuerte componente ideológico que involucran a toda la población en procura de un sentido social. O sea, suelen tener un fin claro para ambos contendientes. Los franquistas, por ejemplo, me guste a mí, a mi lector o no, daban la vida por Dios y la Gloria de España. Los republicanos por la República, la democracia, la libertad y el socialismo.


2.- Precisamente por eso la guerra civil suele tener un fuerte sentido de clase.


3.- Parodiando a Clausewitz podría decirse que la guerra civil es la forma superior de la lucha de clases, cuando los componentes dejan de ser clase en sí, para pasar a ser clase para sí. Por eso es que quizás los individuos son más sujetos en las guerras civiles que en las otras; sienten que están haciendo historia.

4.- Las guerras civiles suelen ser más cruentas que las guerras nacionales pero ello no significa que todo enfrentamiento muy cruento en un mismo territorio, o nación, sea guerra civil. Con estas premisas provisorias tratemos ahora de ver la realidad actual.

Sobre el punto 1: no es necesario ser académico para ver que estamos viviendo uno de los momentos más desideologizados de la historia moderna, en Argentina y en el mundo. Puntos 2 y 3: el uso y abuso de la expresión clase media, por el conjunto de la población argentina, incluidas las academias, indica que, como pocas veces, hoy en día las clases sociales no superan la conciencia de “clase en sí”.
Ni siquiera la clase dominante, la burguesía, tiene cabal conciencia de “clase para sí”. Sólo ven los negocios.

Por lo tanto es difícil visualizar el sujeto de la guerra civil que tanto temen los intelectuales de “La carta”.
Pero ajustando un poco más la mirada: me parece muy claro, para cualquier ciudadano de inteligencia normal, que si no gobernara la señora Presidente Cristina Fernández, podría ser Duhalde, Alfonsín, Binner… o qué sé yo…y en tal caso, y según los casos, habría cosas mejores o peores hechas, un poco más o un poco menos muertos debido a la represión, o a la desnutrición. Asimismo tenemos razones para pensar que en algún caso aumentaría en forma grave la violencia, el matonaje y hasta la acción mafiosa…pero aún así, estaría lejos de ser una guerra civil. Al menos que estos intelectuales de La carta crean que la acción criminal de mafiosos, narcotraficantes y de ciertos propietarios de empresas de transporte automotor, por citar algunas de las calamidades cargadas de violencia, por brutales y horribles que sean, signifique una guerra civil.

No quiero imaginar que se piense que Al Capone fue un líder de derecha en la guerra civil norteamericana. No, en varios textos de esa Biblioteca Nacional que está tan a mano, debe decir que la Guerra Civil Norteamericana, otro modelo universal de guerra civil, ocurrió en el siglo XIX y su resultante fue el fin del sistema de producción basado en la esclavitud, infame sistema de esclavos de origen africano, legalizados por la Constitución democrática de los Padres Fundadores.

La guerra civil fue la instauración definitiva de la sociedad industrial. Pero si buscamos un poco más, y sin quitarle méritos a Abraham Lincoln, veremos que el viejo Marx explicará que semejante derramamiento de sangre, no fue tanto por el ideal humanitario de liberar a los esclavos, como porque el moderno asalariado proletario será infinitamente más productivo que el esclavo y, sobre todo, el único creador de plusvalía, la base del capitalismo.


Por eso creo que algunas de estas personas que utilizan la Biblioteca Nacional como comité, deberían usarla para lo que fue creada, quiero decir consultado su material de lectura y así es posible que se informen sobre qué es una guerra civil y así comprender los rasgos que hacen de un enfrentamiento armado una guerra civil. Porque en esos textos encontrarán que no todo enfrentamiento armado es guerra civil aunque sea dentro de un mismo país.

Y, frente a tan insólita declamación “este modelo o la guerra civil”, da lugar a dudar si están en condiciones de identificar las guerras civiles dignas de ese calificativo a través de la historia, cuyo modelo clásico es la Guerra Civil Española, la ya citada Guerra Civil Norteamericana, La Guerra Civil derivada de la Revolución Mexicana, y no menciono las guerras civiles en Argentina para no desviarme del eje de lo que estamos discutiendo.
De todos modos me apresuro a aclarar que no existe la verdad absoluta, pero se sabe que al menos sobre este tema es tan grande la reflexión histórica que, les aseguro sin conocerla, los anaqueles se la Biblioteca Nacional deben ocupar un enorme espacio sobre ese asunto.


En este punto regresa la imagen “O este modelo o la guerra civil” y entonces debo confesar que cuando escuché esto mis carcajadas llegaban al Congreso de la Nación, porque no pude menos que recordar un chistecito muy conocido que dice así: estaban reunidos los generales de diversos países discutiendo qué soldado era el más valiente y el alemán llamó a su edecán y le dijo “soldado, dé la vida por la Patria” y el chico saco la pistola y se pegó un tiro. Luego el general japonés, para no ser menos, imitó al alemán y el japonesito se hizo el haraquiri. Entonces el general argentino, sintiéndose comprometido, llamó a su edecán, le dio una pistola y dijo: “¡Soldado Rodríguez! ¡Dé la vida por la Patria!”. El colimba Rodríguez, que era santiagueño, lo miró entre sonriente y cómplice le dijo muy cansino “Vaya, vaya…ya está en pedo mi general”


Bueno, acabo de escribir un par de palabras groseras porque el chiste lo amerita, aunque no suelo usar esos vocablos, no por pruritos morales, sino por buen gusto.
Explico entonces que mis carcajadas se debieron a que se me ocurre que hay que estar muy en curda para hablar de riesgo de guerra civil, o bueno, quizás no sea embriaguez de alcohol sino que se “den” con alguna hierba o con hongos alucinógenos.


Bromas aparte, y dejando claro que no me preocupa lo que bebe o fuma la gente, veo que sigue en el aire la definición del concepto de “modelo”- digo en el sentido de entender un modelo ¿de qué? - queda pendiente el “sentido social” imprescindible para hablar de guerra civil.

Pero antes veamos un poco la idea de “modelo”. Esa palabreja se usa metafóricamente para definir lo que podría ser un programa de cualquier tipo, por lo tanto no debería usarse sin el correspondiente adjetivo y jamás olvidar que no es una metáfora digna de sensibles poetas, sino de rudos economistas.
En este caso hablar de modelo productivo; modelo económico-social, modelo cultural, etc.; y distinguir muy bien de lo que puede llamarse estilo o forma de administrar o gobernar ese o cualquier otro modelo.

Entonces veamos: no se puede hablar de “modelo kirchnerista” porque ni Kirchner ni Cristina crearon modelo alguno. Sí puede hablarse de “estilo” kirchnerista, es decir una forma de gobernar propia, peculiar, creada por ellos.

En cambio, el modelo productivo vigente, que consiste en un sistema rural extractivo de recursos naturales y producción agraria no culta, esto significa paradójicamente que es agrario, pero no es agricultura, sino un monumental agronegocio sojero; —repito es agro-negocio, de ninguna manera agri-cultura;— acompañado por producción industrial ligada a esas necesidades y al automotor.

Ese modelo, alejado totalmente de cualquier idea de sustentabilidad, es decir del uso de recursos renovables, fue impuesto por Menem, y continuado casi sin modificaciones por los gobiernos posteriores, incluido el actual. Y, en efecto, el gobierno actual, es la resultante—cuidado, “resultante”, no es lo mismo que “representante”— de las puebladas del 19 y 20 de diciembre, y creó un nuevo estilo de gobernar, sin haber cambiado un ápice el modelo productivo.
O sea el gobierno actual administra el Estado de un país que ya no es de agricultura, sino de agronegocios que produce una masa de dinero quizás solo comparable al un país petrolero. Un sistema productivo tan depredador y tan del presente como el petrolero.

La antigua y odiada oligarquía terrateniente, sin perjuicio del negocio del monopolio ganadero que fue su recurso existencial favorito, siempre tuvo visión de futuro y propició o dejó desarrollar la agricultura de productos diversos. En cambio esta burguesía agraria, los sojeros digo, no produce por medio de la agri-cultura, sino por medio de la agri-extracción, chupando la riqueza de la tierra como si fuera petróleo, carbón u oro.


No es demasiado difícil gobernar el presente de un país así. No se necesita demasiada genialidad mientras se piense, como evidentemente se piensa, en el presente. Porque sobre esa base económica tan rentable, el aspecto social consiste en una política de gigantesca contención por medio de dinero.
Y por ahí pasa la contradicción del gobierno con los agronegociantes. Esa es la famosa burguesía nacional, los agronegociantes, hoy fuertemente ligados al Imperio por la dependencia del mercado internacional; clase dominante nacional como siempre miserable y corta de vista, que no entiende que las cuestionadas “retenciones” son imprescindibles para que ellos sigan haciendo el negocio de la soja, o el de la industria de máquinas agrarias y la flota camionera hacia el puerto, sin masas de campesinos expulsados de sus tierras o simplemente masas de desocupados que reclamen y sin ferrocarriles sociales que les quiten el monopolio.


Por eso es que la afirmación de los intelectuales de La carta: “este modelo o la guerra civil” parecería que quieren decir que si no se administrara así, repartiendo un poco las migajas del gran festín en las clases postergadas, las masas, o sea los campesinos expulsados de sus tierras o los urbanos desocupados, tirarían abajo al gobierno iniciando la guerra civil

¿De verdad creen eso? ¿Qué piensan que ocurriría si gobernara gente que hoy es oposición? Es claro que podríamos convenir que si gobernara Duhalde o Alfonsín, por nombrar a algunos, mantendrían el mismo modelo, pero con diferente “estilo”; la variante podría ser otra forma de manejar el tema de las famosas retenciones.
Pero el Gobierno, de derecha o izquierda, debe contener el descontento producido precisamente por las consecuencias sociales del mentado modelo. Si no lo hace como ahora, mediante dinero en forma de diversos planes, deberá aplicar la represión y eso también cuesta mucho dinero.

Dicho de otro modo: es probable que Duhalde o Alfonsin o los otros, tendrían similar conflicto con los agronegociantes.
No quiero pensar que estén temiendo que las masas contenidas por los diversos planes irían a la guerra en caso de que Duhalde, u otro gobernante conservador que ganara las elecciones, corte los subsidios.

En tal caso la primera pregunta seria ¿Y de dónde saldrán los oficiales y los comandantes de la fracción popular en guerra, en semejante despolitización y desideologización como estamos viviendo?
Y aquí es donde retornan las carcajadas, porque me vuelve el recuerdo del chistecito, ese con los generales, sólo que lo extiendo a algunos de los ex guerrilleros que canjearon aquellos ideales libertarios de una sociedad sin clases, por los que nos habíamos jugado la vida, por un estruendoso paquete de difusos derechos burgueses llamados grandielocuentemente: humanos:

¿Se imaginan a alguno de ellos, vestido de comandante como el que usan para desfilar por la Avenida de Mayo, firme junto a otro compañero vestido con la camiseta del Che, al que le entrega una Honda y le grita “Compañero combatiente, dé la vida por la Defensa de la Asignación Universal!!!”?

jueves, 21 de julio de 2011

Hebe y una forma de derrota, por Luis Mattini

Cuando el poder expresado en las FF.AA en 1976 logró aislarnos en política, nos infligió durísimos golpes, dispersó nuestras fuerzas de tal modo que nunca pudimos recuperarnos, hablamos primero de derrota “táctica”, de perder batallas pero no la guerra, hasta que finalmente tuvimos que reconocer que habían logrado derrotar nuestro proyecto revolucionario. El país se orientaba hacia rumbos distintos y, agotada la dictadura, se dirigió hacia el Estado de Derecho actual en donde el discurso sobre los derechos humanos, derechos elementales, si lo hay, ocupó el lugar de nuestro proyecto libertario.

Y es obvio que en ese proceso sufrimos mucho. Sufrimos físicamente la brutalidad de la represión, pero también experimentamos el abatimiento por su resultado. La destrucción del proyecto nos provocó bronca, odio, rencor, sentimientos difíciles de soportar pero superables, asimilables y de tanto en tanto podemos recuperarnos de los mismos, porque son provocados desde afuera, desde el enemigo, porque se expresan con el cuerpo pero son exteriores a él. Son las expresiones mas tajantes del ser humano para los demás, hacia afuera. En cambio el dolor es interno, es del cuerpo, viene desde adentro, es del hombre para sí mismo. Cuando aparece el dolor, el cuerpo se lastima adentro y eso no sólo es insoportable sino insuperable y mucho menos asimilable. Esta condición casi siempre amenaza los sueños, entonces aparece la derrota.

A algunos no lograron derrotarnos los sueños y entonces, aún podemos reconocer las derrotas sin sentirnos derrotados, pero el dolor carcome el interior buscando la salida mientras tanto…

Y eso es precisamente lo que siento con mucha fuerza al ver las imágenes de Hebe de hoy. La realidad de Hebe que nos conmueve hoy no es un accidente sino la erupción resultante de un largo proceso de deterioro de esa Asociación Madres de Plaza de Mayo, su universidad y algunos otros organismos de Derechos Humanos. Y el dolor es grande porque no puedo olvidar que cada madre hace lo que puede, hizo lo que pudo frente al asesinato o desaparición de su hijo, incluso hizo mucho más de lo que pudo. Muchas se animaron a pelear contra todo por la desaparición de sus hijos que dejaron la vida luchando por un mundo mejor para todos. Quizás sea necesario aclarar que esto lo escribo con todo respeto porque no me olvido que estamos hablando de mujeres no preparadas para una acción autónoma, sino más bien criadas para caminar un paso detrás de su marido, criar hijos y cuidar el hogar.

El deterioro empezó hace muchos años, cuando Madres de Plaza de Mayo se dividió, entre otras cosas por el absolutismo de Hebe, quien en nombre del derecho abstracto les negaba a otras madres el derecho concreto, incluso el deseo, de buscar los restos de sus hijos. También habrá de convenirse que el amparo, y las responsabilidades asignadas a Schoklender constituyeron una extraña decisión que no hizo más que oscurecer a la Institución que conduce Hebe. Las arbitrarias, prepotentes y a veces ilegales gestiones de ese sujeto, despidos, ruptura de contratos, maltratos, etc eran voz populi y es difícil imaginar que Hebe las ignorase.

Sin embargo, el deterioro de la imagen de Hebe se hizo evidente cuando se presentó en la Casa Rosada durante en el absurdo gobierno de Rodríguez Saa y se puso a sus órdenes. Mucha gente sufrió el dolor hasta las tripas, sintiendo que la sangre derramada era negociada y entonces comenzó la pérdida de la confianza y la fe en Su Asociación, Su Universidad, y Su Sergio recuperado

¿Por qué Hebe? Está claro que nadie le puede quitar los méritos pasados y justo por eso aparece el dolor. También es cierto que oportunistas de toda laya la han rodeado, halagado y utilizado para usufructo propio en diferentes oportunidades. Cierta parte de la izquierda tradicional para lavar sus culpas, políticos en busca de credibilidad y para tener más votos a su favor, y una gran cantidad de gente que simplemente resolvió su problema laboral. Schoklender es la parte visible y más aguda de un variado y extenso negocio, administrado bajo la crudas reglas capitalistas de patrón-empleado, que dejó muchos heridos por el camino. Esa gente, la que se vio beneficiada directamente con el negocio, es responsable de que Hebe sea una alegoría intocable olvidando que el símbolo son los pañuelos y no las personas.

¿Qué pasó y que pasa con Hebe? ¿Cómo es posible que sea parte de ese deterioro? Recuerdo que cuando China rompió con la URSS y por lo tanto empezó a ser hostil con Cuba, a Fidel le preguntaron qué opinaba de Mao Tse Tung, quien había sido el gran timonel de la Revolución China; y Fidel dijo: “Ud sabe que la astronomía ha demostrado que hubo brillantes estrellas que se apagaron. Pues eso pasó con Mao, es una estrella que se apagó” Me pregunto si no será aplicable esta metáfora al caso de Hebe. Si es así, si es una estrella que se apagó, es posible pensar que podría recuperar la luz si se quitara el pañuelo, y dejara a otras madres “el símbolo” y se dedicada a lo que quiera como cualquier ciudadano que habita este suelo.

Y en tal sentido Hebe goza de los mismos derechos que cualquiera de nosotros, el derecho a tener ideas propias y a cambiar de ideas. Por eso es que si ella ha decidido apoyar el llamado ”modelo” actual, este supuesto post neo liberalismo que claramente consiste en una base productiva agro-industrial dictada, no por los EE.UU, sino por el Imperio, es decir el capital mundial, del cual la burguesía argentina es parte y el gobierno de los Estados Unidos, su policía. Este modelo que en lo interno incluye una política contenedora de desbordes sociales mediante subsidios a los sectores expulsados del campo y marginados por el sistema productivo, si ella ha decidido apoyar este modelo, está en su derecho. Porque puede ser que ella crea sinceramente, como tantos otros setentistas, que por ahí pasa el progreso actual. No sabemos tampoco qué pensarían sus hijos marxistas leninistas si vivieran, quizás también apoyarían, pero sí sabemos exactamente qué pensaban ellos en su tiempo, que fue también mi tiempo. Pero entonces le pido que deje el pañuelo para las madres que continúan su labor fieles a los ideales de sus hijos

Por otro lado cabe tener en cuenta que Hebe no es la única responsable de todo ese deterioro, de toda esa manipulación de la historia reciente que afecta a varios organismos de Derechos Humanos, pero ocurre que el culto a la figura de Hebe, como todo culto a la personalidad, impide razonar, fomenta el maniqueísmo, e imposibilita cualquier movimiento de rectificación.

Por eso es también necesario, imprescindible, sacar a Hebe del lugar de víctima en el que la pone esta pacata izquierda estalinista o nacional y popular, sociedad ultra machista con discurso seudo feminista. Esos que dicen: “Pobre Hebe la cagaron. O los que dicen “La culpa la tiene Cristina que le dio poder a una mujer que no estaba preparada”, en ambas lecturas la víctima es la misma: Hebe. Cualquier persona pensante, cualquier militante experimentado sabe que cuando aparece la víctima, se detiene el pensamiento. Sabe que ese fue un recurso muy usado dentro de las disputas internas marcadas por el estalinismo; recurso que supone que el cerebro de la victima está más autorizado o piensa cosas más inteligentes que los demás. Por lo tanto se sabe que fabricar víctimas es una burda triquiñuela operativa, a veces inconsciente, pero triquiñuela al fin. Hebe no es víctima, nunca lo fue, como no lo fuimos ninguno de los setentistas que nos jugamos en un proyecto revolucionario sabiendo los riesgos que corríamos. Y precisamente por eso Hebe fue quien fue, por eso fue estrella

Finalmente, si los ideales de los setentas siguen malversados por quienes creen que este modelo productivo imperial, sojero-automotor que incluye como componente una cuota de necesaria corrupción, es la consumación de esos ideales; entonces si será la derrota. Porque si la corrupción señorea aquí, en el corazón del discurso de los derechos humanos, nos habrán robado los sueños y, como se dijo, la derrota de los sueños es el triunfo final del enemigo.

viernes, 8 de julio de 2011

Algo sobre el uso y abuso de la palabra popular; por Luis Mattini


Promiscuidad estética y mediocridad conceptual

Al parecer, la palabra popular no necesita demasiada explicación, puede decirse que todo el mundo sabe lo que significa. Sin embargo parece que ciertos especialistas de las llamadas ciencias sociales tienen una increíble confusión. Y como esa gente suele tener prensa, la cosa merece cierta atención, porque a ello se agrega que existe poca actividad tan superficial como el periodismo. Así es, según decía es periodista uruguayo Andrès Alsina Bea, el periodismo es superficial por definición. Por eso al cruzarse con popular, se transforma en explosivo.

En efecto, ahora se acostumbra usar esa palabra, popular, como adjetivo de ciertas ocupaciones, por ejemplo “Docente popular”; “Artista popular” “Trabajador popular”; “Pintor popular”; “Escritor popular”; “Poeta popular” ; Periodista popular, y así de seguido.

Veamos un tantito que dice el diccionario de esa palabra: del latin popularis . 1.- adj. Perteneciente o relativo al pueblo. 2 adj. Que es peculiar del pueblo o procede de él. 3.- adj Propio de las clases sociales menos favorecidas. 4.- adj Que está al alcance de los menos dotados económica o culturalmente. 5.- adj. Que es estimado o, al menos, conocido por el público en general. 6.- adj Dicho de una forma de cultura: Considerada por el pueblo propia y constitutiva de su tradición.

Bien, sin embargo ha de admitirse que lo que en general entiende la población es la acepción número cinco, que es la más apropiada: Popular es aquello muy conocido, apreciado o valorado por el público, digamos por la población en general. Pero indagando en el tema con las demás acepciones veamos más respecto a la primera y segunda acepción. Empecemos por preguntarnos qué cosa serian los individuos de esas profesiones citadas si no fueran parte del pueblo. O dicho de otra manera: los docentes de todo el país que no se agregan ese adjetivo, ¿Pertenecerán al pueblo? ¿Vendrán de Marte? Porque una cosa es segura, los docentes son laburantes, quizás de cuello blanco, pero de ninguna manera son parte de la oligarquía, o sea son plebeyos, parte del pueblo. Luego…esos profesionales que se agregan el adjetivo ¿Se anotan en la tercera y cuarta acepción? ¿Es decir pertenecen a las clases sociales menos favorecidas o son menos dotados? Más luego todavía y aquí si hay que observar la pretensión ¿Quién otorga el adjetivo de la quinta acepción a los individuos? ¿O sea cómo sabe que son “populares” en el sentido de famosos, conocidos o queridos por el público?

Está claro que un artista, profesional, o cualquier persona pública, puede llegar a ser popular, pero en ningún caso por decisión propia. No es parte del curso que hizo, no lo da la academia, no es cuestión de voluntad, sino de otros múltiples factores que vienen desde afuera en donde el talento es prioritario. Lo que natura non da, Salamanca non presta. El más popular de todos los tiempos, Gardel, nunca dijo “yo soy un artista popular”, ni siquiera se lo propuso, le “salió” nomas. Va de suyo que, por ejemplo, quien consagró como popular a Perón, fue el 17 de Octubre. O sea, nunca un artista o un dirigente político o social es popular por decisión propia o porque se agregue esa palabra a su apellido. Con esto creo que sobre el arte y la política no hay nada más que decir, Esta perfectamente claro.

Pero resulta que ahora aparece el adjetivo popular en ciertas actividades, digamos, “científicas”, o al menos técnicas, que parecerían explicar que existe una ciencia normal, me atrevo a decir “burguesa” y otra “popular”. Claro, después de la vergüenza intelectual que este juicio me produce, puedo entender que las nuevas generaciones, que no conocieron el estalinismo, ignoren las fuertes polémicas y el repudio de la gente inteligente a la “teoría” estalinista que sostenía que había un “arte proletario”, una “ciencia proletaria” y ni hablar de la “moral” proletaria. Recomiendo los textos de Trotsky al respecto, son de una claridad meridiana, un placer para el intelecto. Y claro, tenemos que tener en cuenta que en estos tiempos de señoreo del eclecticismo, en que el llamado progresismo pegado al policlasista populismo, tomó el lugar de las visiones clasistas de los revolucionarios, la palabra popular pareciera reemplazar el contenido de viejos sueños de emancipación.

Entonces pregunto a esa persona que se autotitula, sin el más mínimo rubor, “Docente popular” ¿Tan conocido es Ud? Y esa persona me contesta “No, por favor señor, yo no me refiero a la fama, yo quiero decir que lo que hago es enseñar al pueblo” Entonces pregunto “Los miles de docentes del sistema educativo que no se autotitulan así ¿A quienes enseñan?” Entonces esa persona explica que esos docentes transmiten conocimientos de la ciencia burguesa o, como dicen ahora, “del sistema”, y en cambio él transmite conocimientos alternativos, o sea populares. Después de sacudirme el estupor por este regreso al estalinismo, claro que a un estalinismo ligth, dado que viene del progresismo, después de pedirles disculpas ajenas a los matemáticos, los físicos, los químicos, los historiadores, los ingenieros, los mecánicos, los lingüistas, los gramáticos , los geólogos, y la larga lista de esos burgueses, le pregunto a este señor pedagogo, docente, sociólogo, etc “popular”, con mala intención de mi parte, lo admito, de dónde obtiene esos conocimientos tan novedosos o alternativos que se propone transmitir al pueblo. Y esa persona vacila, medio tartamudea, y sólo puede balbucear: “del pueblo”

Y por fin sucede que ahora sí caigo en lo que yo no podía entender: que estas personas, es decir quienes se agregan ese adjetivo a su profesión, se proponen profesionalizar los conocimientos que tradicionalmente se transmiten de boca en boca, de mano en mano…..a ver…un profesional con título adjetivado para que nos enseñe a lavarnos las manos antes de comer, nos explique cómo se hace un huevo frito, o el nudo de la corbata, o como se pega un botón, cómo se puede alimentar a nuestro perrito que ahora se llama “mascota” con los restos de la comida del hogar, cómo se destapa el inodoro… epa, epa…se ataja nuestro consultado, tanto como eso no, no sólo eso, no sea ordinario… bueno…corregimos, y entonces el señor intenta explicarme lo que es la “ciencia popular”, pero como no puede conceptualizar, recurre al ejemplo y me habla de la arquitectura empleada en la expansión de la Villa 31 de Retiro, teniendo en cuenta que la propia Presidenta dijo que esa Villa reflejaba el crecimiento del país. Allí la gente construye sin necesidad de los arquitectos, parece que desarrolla una arquitectura popular.

Pero ahora la cosa está clara, ese agregado del adjetivo a profesiones, por otra parte muy tradicionales, por lo tanto burguesas, (entendiendo burguesa como una categoría, no como un insulto) es una forma de sistematizar los conocimientos espontáneos surgidos de la práctica social cotidiana. O sea hacerlos pedagogibles (perdón por el neologismo, lo acabo de inventar) para lo cual no podrán evitar buscar las regularidades, que no son más que el principio en que se basan las leyes, todo ello desde una supuesta óptica alternativa. ¿Alternativa a qué? ¿A qué superación de la “ciencia burguesa” se refieren si no puede salirse de su epitesmología; si los ejemplos que usan son fenómenos que devienen de la aplicación, aunque sea sui generis, de la conceptualización de las ciencias o técnicas “burguesas” En la Villa 31 construyen con regla, nivel, plomada y compás, por más que sea una regla torcida, un nivel desnivelado, un plomo de plomada y un compás sin punta. Dicho seriamente: una defectuosa imitación de la “técnica burguesa” ¿Sabe Ud que Stalin no sólo negó la obra de Freud por burguesa y judía sino la teoría de la Relatividad de Einstein, porque también era burguesa y judía? Eso es sabido. Luego es posible imaginarse que los soviéticos no habrían salido al espacio si sus sabios hubieran obedecido a Stalin ignorando las teorías de Einstein. Lo que no es muy sabido, en cambio, es la notable cantidad de empleados de las embajadas rusas en el exterior a la URSS, que aprovechaban a hacer terapias con psicoanalistas

¿Cómo se explica semejante mal uso del concepto de popular? Mirado a fondo el asunto y un poco mal mirado, lo confieso, da toda la sensación que esta malversación es el producto de las frustraciones de postulantes a artistas o científicos “fracasados”, entrecomillando la palabra ya que no es un adjetivo de mi gusto por lo peyorativo, que de alguna manera encontraron una manera de ganarse la vida en medio del reino de la promiscuidad estética y la mediocridad conceptual, en esta era del fin de los grandes relatos. Es en esta situación, cuando, a pesar de mi critica y mi entendimiento sobre su inevitable y necesario fin, confieso que suelo echar de menos esos grandes relatos que a veces impedían el desarrollo de la estupidez, protegida por las ciencias sociales y disfrazada de “alternativa”.

lunes, 27 de junio de 2011

Profesora sancionada por llevar camiseta Escuela pública


La comunidad educativa de Vallecas denuncia la sanción a una profesora por llevar una camiseta y anuncia movilizaciones

La Comunidad educativa de Vallecas, viene desarrollando un movimiento de defensa de la Escuela Pública y en contra de los recortes de la administración bajo el lema de Vallecas no se calla, y quería manifestar su rechazo a la sanción impuesta a una orientadora del IES Arcipreste de Hita.

Una funcionaria de la Enseñanza Pública en el desempeño de sus funciones ha sido sancionada con un apercibimiento por el Director de Área Territorial Madrid-Capital, Bonifacio Alcañiz, a petición de un inspector de la zona y, a su vez, a propuesta de la directora del centro privado-concertado Liceo-Cónsul.

La “razón”: llevar una camiseta verde con el lema: “Escuela pública de tod@s para tod@s”, durante la aplicación de la prueba de CDI de 6º de primaria en dicho centro y que “ha ofendido” a la dirección de dicho centro.

La Plataforma por la Escuela Pública de Vallecas, que representa al profesorado, familias y alumnado de la zona, denuncia la represión emprendida por la Consejería de Educación con el ánimo de intimidar a quienes defienden la educación pública.

Proclamamos como ciudadanos nuestro derecho a llevar dicha camiseta en base a la libertad de expresión que nos ampara. Denunciamos el abuso de autoridad y el proteccionismo cada vez menos encubierto de la Administración Educativa a los centros privados-concertados (sostenidos con fondos públicos) en detrimento de los centros públicos.

En vez de estas prácticas contra la libertad de expresión del profesorado, debería dedicarse a asegurar el cumplimiento de la legislación educativa. Especialmente en relación al artículo 87.1 de la LOE, que obliga a una escolarización equilibrada de alumnado con necesidades educativas especiales entre centros públicos y concertados, sostenidos con fondos públicos, algo que incumplen clamorosamente.

La inspección debería vigilar el cobro de “cuotas voluntarias” a las familias en estos centros, cuando la educación debe de ser gratuita. El colegio en cuestión, ha sido denunciado repetidas veces ante la Comisión de Escolarización de Vallecas, por familias del mismo presionadas por la exigencia del pago de cuotas en teoría voluntarias. Hecho bien conocido por la Inspección. Sin embargo, es ahora cuando actúa.

La profesora sancionada realizaba la prueba de CDI, que está siendo utilizada para establecer clasificaciones en los centros por parte de la Consejería, contraviniendo la prohibición legal expresa de hacerlo a pesar de las denuncias y quejas de instituciones como el Defensor del Pueblo.

Por último, exigimos la anulación inmediata de la sanción y nos movilizaremos para ello.

Vallecas, 15 de junio de 2011

viernes, 17 de junio de 2011

Acoso sobre el movimiento 15-M; por Carlos Taibo

En el transcurso del último mes el movimiento 15-M ha sido objeto de dos grandes operaciones de acoso articuladas en los circuitos de poder político, económico y mediático. La primera, ya concluida, tuvo como objeto transmitir una imagen del movimiento que hacía de éste una simpática fiesta de jóvenes enfadados que poco más pedían que unas cuantas palabras de comprensión del lado de nuestros magnánimos dirigentes. La dimensión de contestación frontal de un sistema infumable, que estaba claramente presente en los cimientos del movimiento, parecía no existir a los ojos de los portavoces del orden establecido. Si algunos de ellos han llegado a decirnos que esos jóvenes airados no hacían sino volver a poner sobre la mesa el programa que Rodríguez Zapatero había promovido, para después olvidarlo, en 2004 --cuánta estulticia concentrada en un solo argumento--, en los últimos días ha corrido por ahí una hilarante publicidad de la Fundación Alternativas --uno de sus patronos es ese trilero de la política llamado Felipe González-- que nos recuerda que desde esa institución ya se habían propuesto alternativas objetivas a la indignación… Entre ellas, cabe suponer, la de reclamar que en adelante se prohíba que un ex presidente del Gobierno pueda cobrar sumas ingentes de dinero de inmorales empresas privadas del sector energético.

La segunda ofensiva se ha desplegado con singular fuerza en los últimos días. Tengo delante un ejemplar del diario El País del jueves 16 de mayo, el día siguiente al de los hechos que se sucedieron en los alrededores del parlamento catalán. Lo más normal que hay en unas páginas inundadas de intoxicación y dobleces es la pastoral sugerencia de que no puede confundirse el todo de un movimiento pacífico con la parte de unos presuntos manifestantes entregados a la violencia. Interpreto esas páginas como una declaración de guerra contra unas gentes que, tras demostrar sobradamente que van en serio y que tienen cuerda para rato, han empezado a resultar inevitablemente molestas.

Creo que en estas horas, y a la vista de lo que recogen varias filmaciones que han corrido por ahí, no hay motivo para la duda en lo que se refiere a la presencia de provocadores policiales en muchas concentraciones y acampadas. Pero, más allá de ello, me resulta imposible dejar de lado lo que ya sabíamos gracias a lo ocurrido al calor de muchas de las manifestaciones que, en los últimos años, han contestado la miseria de la globalización capitalista. Esos lamentables medios de incomunicación que padecemos concentraban su atención en el apedreamiento del escaparate de unos grandes almacenes para, consciente y pundonorosamente, olvidar todo lo demás. Y entre todo lo demás que olvidaban estaba, claro, la violencia constante que caracteriza a los sistemas que padecemos: la de muchos empresarios sobre sus trabajadores, la de tantos varones sobre sus mujeres, la de nuestros policías sobre los sin papeles, la que todos desarrollamos contra la naturaleza y, por dejarlo ahí, la que asume la forma de genuinas guerras de rapiña encaminadas a privar de recursos básicos a los pueblos más pobres. Hoy como ayer este culpable y llamativo olvido merece nuestra repulsa más enérgica, que no podemos hacer otra cosa que trasladar a tantos profesionales del periodismo que, con toda certeza, podrían hacer mucho más de lo que hacen.

Tengo que prestar atención, por lo demás, a un episodio singular: lo que ocurrió con Cayo Lara, una persona respetable, en la mañana del miércoles 15, con ocasión de una concentración que, en Madrid, permitió frenar un desahucio. El País, el inefable El País, tituló así la noticia correspondiente: ‘Un desahucio menos, una agresión más’. Un indicador sólido del nerviosismo que acosa a los circuitos oficiales lo aporta, por cierto, el hecho de que El País acuda en presunta defensa del coordinador general de Izquierda Unida. Quién te ha visto y quién te ve. Malo es que haya quien prefiera ignorar lo que ocurrió: nadie reprochó a Lara que estuviese presente en la concentración que me ocupa. ¡Faltaría más! Los reproches --y lo que el sistema entiende que es un reprobable acto de violencia: le arrojaron agua al afectado-- surgieron cuando Lara no apreció problema alguno en responder a las preguntas que le realizaban los periodistas. Nuestros dirigentes políticos, incluidos los más sensatos, no parecen percatarse de que las cosas están cambiando rápidamente y de que al militante de a pie --no hay otro-- del movimiento 15-M le repugna que alguien se arrogue la facultad de representarlo. Hay quien dirá, claro, con argumento nada despreciable, que buena parte de la culpa de lo sucedido corresponde, una vez más, a los periodistas, que al parecer sobreentienden que nada de interés pueden decir los ciudadanos comunes y que, de resultas, se impone dar la palabra a un responsable político o a un santón intelectual. La orgullosa vena libertaria del ’no nos representan’ saltó como un resorte afortunado. Y lo hizo de tal manera que no me cabe duda de que Cayo Lara ha tomado buena nota.

Sólo me queda enunciar una firme convicción: la de que también en este terreno nos adentramos en un mundo diferente del que hemos conocido durante demasiados años. Si antes la violencia ejercida contra los movimientos contestatarios poco más provocaba que miedo y retirada, ahora suscita una franca voluntad de cerrar filas en torno a la contestación. Y se convierte en un interesante estímulo para ésta.