José Manuel Martín Medem
Los enemigos más peligrosos de la Revolución son los que aparentan la moderación intelectual para reclamar la renuncia a lo que son las señas de identidad de la resistencia cubana. Como Rafael Rojas, el favorito de EL PAÍS en su bloqueo informativo contra la isla.
Le encanta que le digan que puede ser el próximo presidente de Cuba. La recomendación de Rojas es que la isla "abandone la mentalidad nacionalista e igualitaria".
Dicho en buen cubano, renunciar al socialismo como garantía de la defensa de la soberanía nacional.
En la edición española de FOREIGN POLICY, Rafael Rojas dice ahora que la Revolución Cubana es la culpable de las barbaridades de las dictaduras militares en América Latina provocadas por "la radicalización de las izquierdas populistas que impulsó el socialismo habanero".Y añade que "la guerra fría no habría tenido un capítulo latinoamericano tan intenso sin la Cuba socialista". Según Rojas, Washington impuso las dictaduras militares 'en defensa propia' porque 'el mal ejemplo cubano' animaba a la insumisión a los latinoamericanos. Algo así como que 'si los revolucionarios cubanos hubieran sido razonables, Estados Unidos y sus militares latinoamericanos no habrían aplicado el terrorismo de Estado’... Rafael Rojas se caga en la historia y considera pendejos a los que combaten contra el imperialismo. Una sola consideración como respuesta: en 1948 (¡once años antes del triunfo de la Revolución Cubana!) la CIA, los militares y la oligarquía asesinaron a JORGE ELIÉCER GAITÁN para impedir que un liberal populista iniciase la democratización de Colombia.
El terrorismo de Estado provocó a partir de entonces la organización de las FARC que fueron (antes de la Revolución Cubana) y son (cuando Fidel les recomienda negociar) la guerrilla más importante de América Latina. ¿Provocó la Revolución Cubana de 1959 la intervención criminal de Estados Unidos en Colombia a partir de 1948?
¿No es más cierto que la insurgencia de Fidel condensó la respuesta de la dignidad latinoamericana contra el imperialismo terrorista de Estados Unidos? La resistencia de Cuba está en el origen de la 'mentalidad nacionalista e igualitaria' desde la que América Latina orienta ahora su auténtica integración.
Le encanta que le digan que puede ser el próximo presidente de Cuba. La recomendación de Rojas es que la isla "abandone la mentalidad nacionalista e igualitaria".
Dicho en buen cubano, renunciar al socialismo como garantía de la defensa de la soberanía nacional.
En la edición española de FOREIGN POLICY, Rafael Rojas dice ahora que la Revolución Cubana es la culpable de las barbaridades de las dictaduras militares en América Latina provocadas por "la radicalización de las izquierdas populistas que impulsó el socialismo habanero".Y añade que "la guerra fría no habría tenido un capítulo latinoamericano tan intenso sin la Cuba socialista". Según Rojas, Washington impuso las dictaduras militares 'en defensa propia' porque 'el mal ejemplo cubano' animaba a la insumisión a los latinoamericanos. Algo así como que 'si los revolucionarios cubanos hubieran sido razonables, Estados Unidos y sus militares latinoamericanos no habrían aplicado el terrorismo de Estado’... Rafael Rojas se caga en la historia y considera pendejos a los que combaten contra el imperialismo. Una sola consideración como respuesta: en 1948 (¡once años antes del triunfo de la Revolución Cubana!) la CIA, los militares y la oligarquía asesinaron a JORGE ELIÉCER GAITÁN para impedir que un liberal populista iniciase la democratización de Colombia.
El terrorismo de Estado provocó a partir de entonces la organización de las FARC que fueron (antes de la Revolución Cubana) y son (cuando Fidel les recomienda negociar) la guerrilla más importante de América Latina. ¿Provocó la Revolución Cubana de 1959 la intervención criminal de Estados Unidos en Colombia a partir de 1948?
¿No es más cierto que la insurgencia de Fidel condensó la respuesta de la dignidad latinoamericana contra el imperialismo terrorista de Estados Unidos? La resistencia de Cuba está en el origen de la 'mentalidad nacionalista e igualitaria' desde la que América Latina orienta ahora su auténtica integración.
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