Por José Manuel Martin Medem
Raúl Castro decidió dejar fuera de su proyecto de gobierno a Carlos Lage y Felipe Pérez Roque. Demasiado ideológicos para su pragmatismo reformista. Pero necesitaba desacreditarlos ante Fidel Castro. Felipe y Lage colaboraban con el Comandante y mantenían las mejores relaciones con Chávez: Lage dijo que Cuba tenía dos presidentes y Felipe habló de unificar a los dos países.
Raúl ordenó un seguimiento con todo el aparato militar: escuchas, grabaciones en video y un provocador para hacerles hablar. Conrado Hernández, que trabajaba para el gobierno vasco en la isla, tenía un buen acceso por amistad con el canciller y el casi Primer Ministro.
Mientras los envolvía en la operación de desprestigio, Raúl le dejó creer a Lage que lo iba a nombrar Primer Vicepresidente del Consejo de Estado. En su sorprendente alianza, Lage y Felipe se sintieron caminando hacia el control del futuro de la Revolución en la senda antiimperialista de Fidel y Chávez. Hernández (agente de Raúl) se dejó querer por los espías españoles del CNI. Facilitó que Felipe y Lage le anunciaran al gobierno de Zapatero que ellos iban a manejar los cambios en Cuba.
Con las grabaciones de las conversaciones de Felipe y Lage, que criticaban a los dinosaurios y reclamaban una apertura revolucionaria, Raúl los reventó ante Fidel y el Comandante los liquidó publicamente en el Granma. Con los mismos argumentos, Raúl neutralizó el apoyo de Chávez a sus amigos Felipe y Lage.
Hernández no sólo les hizo hablar ante los microfonos de las escuchas de Raúl sino que además les calentó los oidos a los del CNI (ejerciendo de doble agente) con las confidencias de Lage y Felipe sobre un futuro entendimiento con Zapatero. A Felipe se lo cargaron cuando tenía prevista una escala en Madrid para compartir estrategias con Moratinos. La trampa final fue la de empujar a Lage para que difundiera
entre sus amigos su frustración por la designación de Machadito como Primer Vicepresidente. Hernández pasó esa información a los listos del CNI que consideraban la posibilidad de que fuera un doble agente y tomaron esa confidencia como un mensaje del propio Raúl. Fuentes del CNI me confirmaron en La Habana que sabían que Machadito era el designado y que el campanazo les llegó con la aclaración de que Raúl utilizaba a los dinosaurios
porque sólo ellos podían avalar las reformas.
A Lage y Felipe los vigilaron durante mucho tiempo y fueron grabando sus conversaciones hasta que Raúl tuvo las suficientes indiscreciones de esos comemierda como para tronarlos con el acuerdo de Fidel.
A los del CNI los enredaron para denunciar una injerencia del gobierno de Zapatero que difuminara la operación estalinista contra los que se consideraban jinetes del caballo ganador.
Así pudo ser lo de Felipe y Lage.
Con un video de tres horas se lo están contando a los militantes del PCC en lo que parece una advertencia para que no se mueva nadie que no esté en sintonía con los planes de Raúl.
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